La Ministra de Igualdad, Irene Montero, confió en alcanzar un acuerdo con el PSOE para reformar la ley del solo si es sí, pese a la existencia de una “discrepancia fuerte” entre los socios de Gobierno, pero descartó dimitir si este acuerdo no se produce.
“Mi obligación es dar la cara y es estar ahí para tratar de proteger el principal avance feminista en estos 20 años. Mi función es esa”, destacó la ministra en una entrevista en RNE.
La titular de Igualdad ha asegurado “no poner límites” a la hora de negociar el acuerdo y ha expresado su confianza en el acercamiento de posturas. “Confío porque hemos mantenido negociaciones muy difíciles y no ha habido ley feminista en la que no hayamos tenido discrepancias y, al final, hemos llegado a acuerdos y esperemos que ahora las resolvamos”.
Con esta finalidad, explicó que “las conversaciones son múltiples” para conseguir “dar una respuesta fuerte y unitaria”, aunque declinó dar detalles al respecto. También reconoció, como “un escenario posible” que el PSOE decida aprobar una reforma sin contar con Unidas Podemos. “Uno en política siempre tiene que estar preparado para contemplar todos los escenarios”, indicó Montero, aunque admitió que no le gustaría volver “al esquema de penas de la violencia o intimidación”.
“Por eso me estoy dejando la piel desde hace meses para intentar llegar a un acuerdo y entiendo la ofensiva de la derecha política, judicial y mediática contra un avance feminista como éste”.
En lo que si insistió es en la voluntad de Unidas Podemos en no renunciar a poner el consentimiento en el centro. “Siempre que ha habido una ley (feminista) ha habido una resistencia y por eso necesitamos una respuesta fuerte como Gobierno y he estado dispuesta incluso a que se me dijese que era una soberbia por no querer reformar, mientras yo no paraba de intercambiar papeles; quiero preservar la respuesta unitaria del Gobierno, pero desde luego, el consentimiento no se puede tocar”.
En este sentido recordó la existencia de diferencias (con el PSOE) sobre “como reformar la ley y si se puede mantener el consentimiento como eje del código penal”.
Montero no se negó a elevar las penas en el Código Penal que, según explicó, “se pueden modificar o subir” pero “eso no tiene que cambiar la definición de agresión sexual”. “La violencia no hace que haya un tipo diferente de agresión sexual porque, si tu pareja te viola durante años y no hay resistencia eso también tiene que agravar la pena por el abuso de superioridad o abuso de posición de convivencia”, indicó la dirigente de Unidas Podemos.
Recordó, no obstante, que “ninguna reforma penal va a evitar las rebajas de penas, pero aún así, añadió, que “a petición del presidente” está dispuesta “a hacer lo necesario, pero sin tocar la definición de agresión”.
Montero rechazó admitir como un error la revisión de penas a la baja que se produjo en cientos de sentencias judiciales desde la entrada en vigor de la norma y recordó que “la mayoría de los jueces están aplicando la ley correctamente”, lo que si admitió es “haber minusvalorado la resistencia a los avances de la ley”.
Asimismo, negó que nadie les avisase de los efectos negativos de la aplicación de la norma, como apuntó la exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo.
“Nadie va a poder presentar un papel, porque nadie lo avisó”, puntualizó Irene Montero quien precisó que “el Ministerio Fiscal alertó de que quizás nos estábamos pasando de punitivistas”.
Igualmente, señaló que, cuando el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, “advirtió de que si se bajaban las penas podían reducirse las condenas y apuntó que había que volver a las máximas anteriores se revisaron cientos de casos para ver que no se producían esas rebajas”.