El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió que “todas las administraciones” tienen la obligación de colaborar entre ellas y responder frente a la sequía, un problema que “nos incumbe a todos y nos afecta a todos” y que “no es de una u otra comunidad o territorio o de una vertiente o cuenca hidrográfica”.
“Si una parte de nuestro país sufre las consecuencias de la sequía, al final lo estamos sufriendo todos. Si una parte ve con angustia cómo se vacían los embalses, todas las administraciones tenemos la obligación de responder como el gran país que es España, y debemos hacerlo con solidaridad”, manifestó.
Sánchez realizó este discurso, en una comparecencia tras visitar las instalaciones de la desaladora de Torrevieja (Alicante), “la mayor planta desalinizadora de toda Europa”.
Una planta que puso como ejemplo del compromiso contra “las consecuencias más devastadoras del cambio climático”.
“El Gobierno está haciendo todo lo que está en su mano para hacer frente a la sequía en base a tres principios: solidaridad, planificación y ciencia”, manifestó.
La visita llega en un contexto de fuerte sequía en Cataluña y varios puntos de Andalucía y después del anuncio del Gobierno de enviar barcos de agua de abastecimiento desde Sagunto (Valencia) a Barcelona. Sánchez enfatizó la inversión de “más de 2.200 millones de euros desde 2018 en actuaciones en materia de agua” en España y aseguró que el Gobierno seguirá “trabajando desde un punto de vista social y territorial para garantizar el consumo de agua humano y de regadío”.
Igualmente, afirmó que no se escudarán en “excusas competenciales” y se comprometió a colaborar con “los territorios que lo piden para garantizar el agua”, en un contexto de cambio climático que conllevará “consecuencias devastadoras”.
“No se trata de una amenaza incierta, sino de mitigar los efectos, adaptarnos a los efectos de algo que está entre nosotros, el cambio climático”, sostuvo, al tiempo que apuntó que, de acuerdo con informes de la ONU, la región mediterránea será “epicentro mundial de la sequía”, por lo que, a su juicio, “el único dogmatismo es el que procede de discursos negacionistas”.
El jefe del Ejecutivo hizo hincapié en la planificación, que exige actualizar la normativa de los planes de sequía y “volcar recursos económicos”. Al respecto, resaltó la inversión de 23.000 millones de euros para “hacer frente a escenarios de sequía” en 6.000 actuaciones y citó la “inversión histórica en regadíos”, con 5.000 millones desde 2022 a 2027 para modernizar 27.000 hectáreas, que beneficiará a unos 20.000 agricultores.
“Estos datos demuestran que estamos apostando por la innovación y la eficiencia a la hora de administrar con inteligencia un recurso tan valioso como el agua”, subrayó y destacó que “ha convertido a España en líder europeo en producción de agua desalada y en cuarto a nivel mundial en capacidad instalada” y resaltó los 813 millones de euros en inversiones en estas plantas en Alicante, Murcia y Almería.