Un nuevo centro abría ayer las puertas en la calle de Rey Abdullah. La unidad de memoria Lémbrate nace con una receta basada en la estimulación cognitiva y la rehabilitación neuropsicológica. Sus tratamientos esquivarán los fármacos para prevenir, mantener y reforzar las funciones cognitivas del usuario tales como la atención, la memoria, el cálculo, el lenguaje, el razonamiento, la comprensión y la concentración. La finalidad de esta terapia es prolongar la vida del cerebro y ralentizar su deterioro.
Las instalaciones incluyen una sala multisensorial o “Snoezelen”, que apenas existen en el país, y donde podrán controlar los estímulos del paciente y gestionar el ocio y sus necesidades educativas. El objetivo es provocar un reencuentro con la persona que padece algún tipo de demencia mediante la creación de relaciones verbales y no verbales.
La finalidad de todo este será la normalización de la enfermedad. Que es la base para hacerla menos dolorosa. Así es como la aceptación dará pie a una cultura en la que estos tratamientos importados de los países del norte se podrán iniciar pronto para distanciar así las fases más avanzadas del Alzheimer.