Ni siquiera los negocios de toda la vida o las zonas más arraigadas en los hábitos CTV escapan al concepto de reinvención y adaptación a los tiempos. Hace tiempo que la proliferación de propuestas, el gusto por probar nuevos sabores y la querencia por comer y cenar fuera han hecho prácticamente de cada punto de la ciudad un epicentro del tapeo. Sin embargo, para los más puristas, y también para los turistas, la calle de la Barrera sigue siendo algo así la quintaesencia y la sublimación del concepto ‘picoteo’. Y ni siquiera allí los nuevos hábitos dejan de condicionar los modelos de negocio. Y si no que se lo digan a Carmen Lema y Marcial Insua, un matrimonio que acaba de convertirse en pionero con su doble apuesta. OlaBar y OlaBarrera son en realidad dos líneas de explotación para el portal número 16 de la ‘calle de las tapas’. El primero de los dos corresponde a su restaurante de raciones clásicas, mientras que a partir del primer piso es un edificio con seis apartamentos turísticos de primer nivel. Se trata de la primera experiencia mixta en pleno centro de la ciudad.
OlaBar ocupa el espacio del antiguo Picaben y, al igual que con la decoración interior, ha decidido ser pretendidamente ‘enxebre’ tanto en el interior en piedra como en una carta en la que las estrellas son el pulpo, las zamburiñas o el raxo con pequeños toques de autor. “Les dimos un aire moderno, pero es todo cocina de mercado, con productos de kilómetro cero, e incluso la reforma fue hecha por gente de la zona”, subraya Carmen. Y lo cierto es que la piedra, los materiales nobles y la madera trasladan a cualquier furancho del Camino de Santiago.
Apenas tres mesas en el exterior, otras dos en el interior y un gran espacio reservado para celebraciones más masivas. Nada hace perder cierto carácter de exclusividad y un esa sensación de remanso de paz en una calle en ocasiones excesivamente ruidosa y ajetreada. “Las navidades funcionaron muy bien, estamos teniendo muy buena respuesta por parte del público”, indica la propiedad.
Si el feedback con el bar es más que positivo en cuestión de un mes, la joya de la corona es, según los dueños, la oferta de apartamentos turísticos en plena calle de la Barrera. Su apertura es inminente, pero a través de los principales portales, como booking.com, ya es posible hacerse una idea.
Se trata de un total de seis apartamentos con dos tamaños: 26 y 36 metros cuadrados. Ambas opciones están totalmente equipadas y su precio, de cara al mes que viene, oscila entre los 120 y los 170 euros la noche. La propiedad está orgullosa de lo que ha conseguido, ya que en muchos países rivalizaría con un alojamiento de lujo. “Quedaron muy bonitos, tienen de todo y la cocina está integrada dentro del conjunto”, explica Carmen. “Ya estamos recibiendo muchas reservas de cara al verano de gente de todo el mundo”, añade. Y es que eso de renovarse o morir se lo ha tomado muy a pecho este matrimonio de hosteleros y hoteleros.