La ciudad podría acabar convertida en una especie de “Gran Hermano”. A las cámaras de vigilancia de las vías prioritarias, la Concejalía de Movilidad estudia sumar otras en las paradas de autobús, para evitar la tentación de que los conductores aparquen en este espacio reservado para el transporte público, una práctica habitual en A Coruña.

La medida no es definitiva, sino que es una de las posibilidades que se plantearán en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS). En el documento –en fase de licitación– se recogerá el uso de diferentes elementos tecnológicos que ayuden a mejorar el tráfico, y que se financiarían a través del proyecto de Smart City, dotado con ocho millones de euros de la Unión Europea.

“No podemos basar solo el cumplimiento de las ordenanzas en el factor humano”, manifestó el concejal de Movilidad, Julio Flores, que llama la atención sobre los trastornos que ocasiona en la circulación el hecho de que las paradas de autobús estén permanentemente ocupadas en muchas de las calles de la ciudad.

matogrande

A la espera de tener el PMUS en la mano (la Fundación Emalcsa amplió el plazo para la presentación de ofertas para la redacción del plan), el departamento de Flores sigue trabajando en el dispositivo para mejorar el tráfico en Alfonso Molina. Matogrande centra parte de las acciones del operativo, que según el primer teniente de alcalde está “funcionando razonablemente bien”.

Además de reordenar el tráfico en la rotonda de Pocomaco, donde se sancionará a todos los que aparquen allí desde el lunes, la concejalía quiere implantar una nueva parada de autobús a la altura de la antigua residencia Esvida, para dar servicio tanto a los trabajadores del edificio Proa como a los vecinos de la parte más alta del barrio.