Rusia es el último país en realizar una aportación al fondo creado para asegurar la supervivencia del Museo Auschwitz-Birkenau, que alberga los restos del campo de concentración nazi donde murieron más de un millón de personas.
La fundación anunció hoy una aportación rusa de un millón de dólares (0,7 millones de euros) para garantizar el mantenimiento de unas instalaciones que reciben anualmente, más de un millón de visitantes y que necesita reformas profundas.
El fondo fue creado en 2008 y su objetivo es reunir 120 millones de euros (unos 155 millones de dólares) para ayudar a financiar las obras necesarias para preservar el complejo.
La fundación explicó en un comunicado que este dinero se invertirá para generar intereses anuales de hasta 4,5 millones de euros (5,8 millones de dólares), con los que se podrán pagar las obras para la conservación de los restos del campo para las futuras generaciones.
Hasta ahora Alemania es el país que más ha aportado al fondo, con 60 millones de euros (82 millones de dólares), mientras que Estados Unidos ha contribuido con alrededor de 11 millones de euros (15 millones de dólares) y les siguen Polonia, con 10 millones de euros (13,6 millones de dólares), y Austria, con seis (8,2 millones de dólares).
El Memorial, que comprende el complejo Auschwitz-Birkenau (sur de Polonia), abarca unas 200 hectáreas de terrenos con 155 edificaciones y 300 ruinas, incluyendo las de las cámaras de gas y los crematorios.
La prioridad en las labores de conservación se centra en mantener los 45 edificios de ladrillo que sirvieron de barracones a los miles de presos que pasaron por este campo, además de más de 100,000 artículos que pertenecieron a los prisioneros y que necesitan ser conservados.