El salón de actos del Chuac acogió ayer una sesión en la que se analizaron los resultados de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca entre los años 2011 y 2017. En el acto, el cardiólogo Eduardo Barge dio cuenta de que fueron 1.280 los pacientes que recibieron por primera vez en la unidad durante ese tiempo, correspondiendo 890 al área sanitaria de A Coruña y otros 390 de otras de Galicia.
“Cuando nos mandan de otras áreas como Santiago, Vigo o Pontevedra son pacientes que ya han pasado toda la evolución de su historia natural y si los mandan aquí es un poco para valorar opciones que solo se ofrecen aquí, como es el trasplante cardíaco”, explica Barge.
En cuanto a las tasas de mortalidad de los pacientes con insuficiencia cardíaca en ese periodo de tiempo, el Chuac maneja un índice anual del 6%, lo que se sitúa dentro de los modelos estadísticos. “Nosotros de lo que estamos orgullosos es que ya el riesgo de muerte de los pacientes pronosticado era significativamente mayor al que nosotros observamos en nuestra unidad. Simplemente por eso, merece el trabajo que hacemos”, asegura el cardiólogo. Así, la mortalidad pronosticada media al año era de un 10% y la real observada en el complejo coruñés del 6% –a los tres años del 27% la pronosticada y la observada del 16%–. “Con lo cual se consigue mejorar la esperanza de vida de los pacientes”, señala.
La tasa de hospitalización sí está un poco por encima de lo que indican los modelos estadísticos –la real en 15% y la pronosticada en 13%– un factor que se explica, tal y como asegura Barge, por los pacientes derivados de otras áreas. “Los pacientes de nuestra zona estaban en los rangos de hospitalizaciones que se esperaban (12%) y los que nos mandaban de otras áreas estaban en una incidencia superior pero esto tiene que ver con que muchas veces los que nos mandan es para que tomemos una decisión sobre si el paciente puede ser candidato para un trasplante, entonces la mejor forma para tomar una decisión es ingresar; entra todo dentro de lo normal”, explica.
El objetivo principal de la unidad de insuficiencia cardíaca es cubrir toda la historia natural del paciente, mejorar su supervivencia y calidad de vida y evitar también la hospitalización.
Retos
Así, el doctor Eduardo Barge señala que el siguiente reto de la unidad es “buscar una manera de poder evitar hospitalizaciones de verdad, tender unas redes muy eficaces para que, una vez que ya sabes que parece que estás mejorando la historia natural de los pacientes en cuanto a su supervivencia, intentar que ingresen lo mínimo posible”. De ahí la importancia de pasos que ya se están dando en el área sanitaria o que están proyectados, como la creación de un hospital de día de insuficiencia cardíaca y extender la hospitalización domiciliaria para más pacientes, factores que pueden ayudar a reducir las tasas de hospitalización.