La historia de esta empresa pesquera está ligada al magnate gallego Pedro Barrié de la Maza, siendo su presidente hasta que fallece en 1971. Este empresario patrocinará numerosas empresas entre las que destaca Pesquerías Españolas del Bacalao S. A. Se funda en Madrid el 6 de enero de 1939 calle Alcalá 21, iniciando gestiones para emplazarse en el puerto coruñés en 1943.
Las naves propiedad de esta industria bacaladera surcan los mares de medio mundo entre ellos los de Terranova, Islandia y Groenlandia, así como otras dedicadas a la misma función, entre ellas “Arosa” IV-V-VI-XI-XII-XIV-XV, “Pescanex I y II”, “Brincador”, “Arriscado”, “Cernella”, “Farfalleiro”, etcétera.
Cada una de ellas solía traer sobre las mil toneladas de bacalao en cada temporada. Luego vendrán los productos congelados, harinas de pescado y la pesca del atún.
La producción bacaladera se trataba en la factoría coruñesa en donde tenía su base la flota de la compañía, la abundancia  de las capturas harán que el 10 de septiembre de 1960 se abra la factoría Pebsa en el muelle del Este. Contaba con una flota de doce bacaladeros en propiedad destinados a realizar dos campañas por año en aguas de Terranova que iban de febrero a julio y de agosto a diciembre.

barcos
Los primeros barcos de Pebsa, se hacen en los Astilleros San Martín, de Corcho e Hijos S. A en Santander, de allí salen en 1947 el “Santa Elisa” y “Santa Marina” y en 1951 lo harán el “Santa Rita” y “Santa Eugenia”.
Los restantes saldrían de la factoría de Astano en Fene-Ferrol, siendo el primero el “Santa Cecilia”, el cual navegará bajo el nombre de “Santa Celia” en 1952, que se incendia en 1972 en Saint Pierre (Canadá) y se hunde en sus proximidades. Al año siguiente lo hace el “Santa Amalia”, se desguaza en Ferrol en 1984. En 1954 el “Santa Inés” y “Santa Elvira”, que es desguazado en A Coruña en 1983. En 1957 el “Santa Paula” y “Santa Mónica”, éste último se hunde en junio de 1967 en aguas de Terranova al colisionar con su gemelo el “Santa Matilde”. En 1959 el “Santa Matilde” y “Santa Regina”, desguazado en A Coruña en 1983. Su tripulación estaba compuesta de buenos profesionales en cada uno de sus puestos. Siendo Salvador Lago Comesaña durante más 30 años el director de la flota pesquera. Mientras que a su hijo le quedó la desagradable tarea como administrador único de la disolución por quiebra y la entrega del edificio social a la Junta de Obras del Puerto.

superficie
La factoría tenía 17.000 metros cuadrados de superficie construida en tres plantas y 7.000 metros de cámaras frigoríficas, en las cuales se almacenaban unas 13.500 toneladas de las diversas especies, los trabajadores de la empresa en tierra sumaban unas doscientas personas y estaban encargados de la manipulación de sus productos, los cuales trataban unas 120 toneladas por día, que se almacenaban en 1.700 fardos, cuando se pasaba cerca de la bacaladera su olor  intenso se expandía por todo su entorno, en poco tiempo se convirtió en el emblema de lo que fue la pujanza pesquera del puerto coruñés en aquella década.
Llegando a convertirse en los años 70 en el primer grupo bacaladero de Europa, con una flota de barcos propia y caladeros en la mitad del planeta, entre sus accionistas figuraban entidades de crédito, pero su propia deuda la abocó primero a la suspensión de pagos y finalmente a una sonora quiebra.
Todavía en 1976 los bacaladeros de Pebsa, faenaban en los caladeros de Terranova y los mercados más importantes para la exportación era Brasil, Portugal, Puerto Rico, Italia y el Congo entre otros, lo que suponía el 75% de su producción total, trabajando la factoría coruñesa tres turnos diarios las 24 horas, sus túneles secaban entre las 8 y 10 toneladas de bacalao diariamente, contando con comedor para su personal laboral y dos salas de enfermería, para mujeres y hombres, se trataba de una de las más modernas factorías de la época.
Alcanzando una facturación en agosto de dicho año de 615 millones de pesetas, frente a los 427 de un año antes, procediéndose en 1988 a la fusión de Sapig (SA Pesquera Industrial Gallega) con Pebsa.

problemas
Los problemas vendrán de la mano de la ampliación de las aguas territoriales y con ello los cupos de pesca, por lo que la presencia de la flota gallega ira decreciendo en aguas de Terranova y Pebsa que había llegado a ser la primera empresa del tratamiento del bacalao en Europa cuya industria puntera era el orgullo de Galicia acabará por desaparecer.
Iniciando una profunda crisis que, en marzo de 1990 le lleva a presentar la suspensión de pagos, a cuyo momento, acumulaba una deuda por valor de 10.000 millones de pesetas, el 3 de junio de 1991 del Juzgado número 2 de Instrucción de A Coruña dicta un auto mediante el cual se considera firme el convenio presentado por los acreedores y levanta la suspensión de pagos.
Esta se había producido a consecuencia de no alcanzar un acuerdo con la Caja de Ahorros de Vigo por un montante de 600 millones de pesetas que le adeudaba Pebsa, este sería el principio de su liquidación posterior.
Al fallecer Pedro Barrié, le sustituye José Alberto Barreras como consejero delegado, llegando a hacerse con el 36% de las acciones de la bacaladera y se convierte en su mayor accionista antes de abocarla a la suspensión de pagos se llevan a cabo diversas gestiones, las cuales fracasan, optando este consejero por la quiebra voluntaria, quedando PEBSA suspendida de cotización en la Bolsa de Madrid el 16 de diciembre de 1997 por orden de CNMV.
La Autoridad Portuaria el 23 de octubre de 1997 aprueba la demolición del edificio con motivo de la ampliación del Muelle del Centenario, desapareciendo para siempre la huella de una empresa puntera, quedando amarrados tras el cierre diez barcos, de los que cuatro pasarían a la dársena de Santa María de Oza. La ocupación del edificio de Pebsa, había sido por concesión otorgada por la Junta de Obras del Puerto. Tras la quiebra se subastan los bienes existentes y las obras de demolición dan inicio el 30 de marzo de 1998. n