El Gobierno y los partidos políticos, excepto EH Bildu, expresaron ayer su rechazo a los argumentos expuestos por ETA en su último comunicado e instaron a la banda terrorista a dejar de hablar de política y a entregar de una vez las armas y disolverse.
ETA, en el comunicado divulgado ayer por el diario Gara, pone en valor su actividad, que califica de “justa” y “legítima” y avisa de que no está dispuesta a “renegar” de su “trayectoria de lucha y asumir el relato de los opresores”.
El Ministerio del Interior señaló que lo único que espera de ETA es su disolución y recordó al mundo abertzale que “legalidad no significa impunidad”.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, lamentó que ETA haya hablado de “lo que no tiene que hablar y no ha dicho lo que tiene que decir”, que pasa por aclarar “cuándo va a entregar las armas”. “ETA ha hablado de política, ha hablado del futuro en Euskadi y de cuál es la vía que los vascos tenemos que tomar, cuando a ETA no le corresponde hablar de política, ni de futuro”, dijo Ortuzar en Álava, donde hoy se va a celebrar el Alderdi Eguna. El portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, enmarcó el último comunicado de ETA en “el proceso necesario de desaparición y disolución” de la banda.
Egibar subrayó que ETA está justificando “un sinsentido” y “la expresión más clara de lo errada” que ha estado en su estrategia político-militar.
El secretario general del PSE-EE de Álava, Txarli Prieto, opinó que ETA “pone en un brete” a Bildu al dar “la impresión” de que “quiere tutelar” a la coalición.
Prieto afirmó que de ETA sólo cabe esperar “su disolución, su desarme”, y demandó que “pague por los daños causados quien tenga cuentas pendientes con la Justicia”.
Para el PP, el pronunciamiento de la organización terrorista es “más de lo mismo” sin que hable de “desaparecer” ni de entrega de armas, que es lo que se espera de ella, según el parlamentario vasco Antón Damborenea.
Damborenea confió en que “habrá que esperar a que la Policía termine con la lacra” del terrorismo, al tiempo que ha recordado que “todas las puertas de las cárceles están abiertas para que ingresen cuando quieran y entreguen las armas”.