El plan general y un plan especial. Estas son las dos herramientas que quiere utilizar el Ayuntamiento de Arteixo para legalizar la iglesia de Santiago Apóstol y la residencia de Monticaño. La última sentencia del Tribunal Supremo afirma que el templo es una “dotación privada incompatible” con el parque.

Para el alcalde, la culpa de la situación urbanística de ambas construcciones es del BNG. En el caso de la iglesia porque fue el bipartito de la Xunta quien revisó la modificación puntual de las normas subsidiarias de Arteixo para levantar el inmueble.

En 2005, el Ayuntamiento gobernado por el PP, recibió el beneplácito de la Xunta –también del PP– para desarrollar dos unidades de actuación. Meses después, con el cambio de gobierno autonómico se revisó de oficio esta decisión.

Exceso de edificabilidad

Al año siguiente, la Consellería de Política Territorial consideró que había un exceso de edificabilidad. A este primer problema, la Xunta sumaba que los usos no eran los correctos.

En todas las instancias judiciales al considerar lo mismo y al entender que había una “evidente reserva de dispensación”, como se puede leer en el auto del Supremo. Esta práctica está prohibida ya que supone crear una excepción no contemplada en rangos legislativos superiores. La intención municipal era “destinar a equipamiento de titularidad privada los terrenos enclavados dentro del parque urbano destinado a uso y dominio público”, relata la sentencia.

A pesar de la contundencia de los magistrados, el mandatario incide en que “una cosa es el procedimiento administrativo, como el plan de Monticaño y el de la iglesia y otro, que el tribunal corrobora la modificación puntual de las normas, que la Xunta lo dio por válido, se dio la licencia y hubo un cambio por denuncia”.

En el caso de Monticaño, el Ayuntamiento creará un plan especial para legalizar la residencia que cuenta con una orden de derribo. Para el alcalde, la única realidad es que “Arteixo no tiene residencia a día de hoy por culpa del Bloque”, concluye.