El ingeniero Juan Manuel Fernández Yáñez redacta sobre 1890 un informe de la cuenca hidrológica próxima A Coruña, en el cual describe los ríos que bajan a desaguar al mar en las cercanías de esta ciudad y da a conocer la importancia, extensión y calidad de las aguas para poder hacer un cauce y conducir las mismas a la traída de A Coruña, siendo las de mayor importancia las conducidas por el río Barcés o Maroes.
Esta cuenca también se conoce como de las Mariñas y abarca una extensión de 30 a 34 kilómetros de Norte a Sur, por 12 a 20 de Este a Oeste, con una superficie aproximada de 380 kilómetros. Sus cordilleras o alturas que la limitan son el Peñasquedo y Xalo, por el Oeste, Cerceda, Castro Mayor y Tieira, por el Sur y las de Oza y Guísamo, por el Este. En estas alturas tiene su origen la mayor parte de las corrientes que reunidas en El Burgo; desaguan en el mar por la ría del Pasaje o las que lo hacer directamente en la bahía coruñesa.
Así, el río Mero, el más importante de todos, nace en el pico de la Torre (Montes de la Tieira), recorre una extensión de 30 kilómetros, de Este a Oeste, al chocar con la áspera sierra de Castro Mayor cambia de dirección, rodea el alto de Medelas y sigue el curso de Suroeste-Noroeste y serpentea el Valle de las Mariñas. Sus aguas son de buena calidad.
El río Dordayo, afluente del Mero de alguna importancia, nace en el Monte de Dordayo; su recorrido es de Sur a Norte y desagua en cerca de Cullergondo.
Por su parte, el río Cerneda, primer afluente de la izquierda del Mero, comienza en el monte de Castro Mayor y corre del Suroeste-Nordeste. Sus aguas son buenas y de escaso caudal.
El río Acibedro tiene su origen en el mismo monte del anterior y desagua en el Barcés cerca de Orto, sus aguas son de buena calidad y su caudal escaso.
río barcés
El más interesante es el río Barcés, tan importante como el Mero en cuanto a la cantidad de agua. Nace en el pico de Pedrouzos de la sierra de Monte Mayor, marcha de Oeste a Este, recorriendo un arco en donde desaguan las aguas de una infinidad de pequeños arroyos que bajan de los Montes Xalo y Cerceda. La calidad de sus aguas es inmejorable: puras, frescas y cristalinas, de buen sabor. Como así consta del análisis que obra en poder del Ayuntamiento coruñés y practicado por el farmacéutico de dicha ciudad Fermín Casares. El terreno donde nace este río es de formación granítica y su lecho de arena y tierra constituida con detritus de la misma roca.
Otro de los ríos que brota de la sierra del Xalo es el Lebreja, el cual se une al Mero cerca de Bribes. Mientras que el arroyo de Lema nace en Altamira y su caudal es insignificante. Lo mismo acontece con el arroyo de Seoane, que tiene el mismo origen que el anterior. El río Sigrás, por su parte, está constituido por la reunión de los arroyos de Boedo, Orro, Pravio, Cela, Sueiro y Culleredo, que descienden de la sierra del Xalo y montes de Orro. Sus aguas son excelentes.
En lo que respecta al río de Quintas o Vilaboa, empieza en los altos del Peñasquedo y corre en sentido Oeste-Este; su caudal es escaso y su agua de buena calidad. El arroyo de Palavea nace también en el Peñasquedo, pero tiene poca importancia.
río monelos
En tanto que el río de Monelos desagua en el puerto de A Coruña y se forma por la reunión de los arroyos de Eirís, Elviña, Castro, Ponte da Pedra, Martinete, Pastoriza, Morás y San Cristóbal, siendo los principales el de Morás y Pastoriza. Luego toma el nombre por los lugares en que discurre hasta desembocar por el puente Gaiteira al mar de San Diego. Su caudal es escaso y analizadas sus aguas resultan no aptas para el consumo, por el uso que se hace a lo largo de su curso tanto industrial como doméstico del lavado de ropas y enseres para la comarca.
El arroyo de los Judíos nace en los altos de Santa Margarita y la Infesta, corre en sentido Oeste-Este y desaguaba en la bahía cerca del muelle de Palloza. Sus aguas bastante buenas, recogidas entre pequeños depósitos, se conducían por un sifón de hierro a varias fuentes de la población. En 1937 se canaliza su curso y desaguan al mar por San Diego.
Otro importante arroyo es el de Riazor, que tiene su origen en los altos de Santa Margarita y desagua por debajo de la calle Rubine y Andén de Riazor, perdiéndose en el mar. En tanto que el arroyo de San Pedro se forma por las fuentes de la Gramela, Moa y Castro, que se utilizaban para el abastecimiento de la población y se recogían mediante un acueducto de mampostería y tubos de barro. La calidad de sus aguas buena.
Por su parte, el arroyo de San Roque se junta al anterior para desaguar en la ensenada de Riazor y se compone de las fuentes de la Barca y Bañón que nace en Penaboa.
Finalmente están los arroyos de la península de la Torre, que consisten en dos pequeñas corrientes, la que desagua en la ensenada de Lagoa y la que lo hace en la playa de San Amaro. Ambas tienen poca altura sobre el nivel del mar y no se pueden utilizar en el abastecimiento.
También existían tres fuentes con escaso caudal que los vecinos aprovechaban para el consumo y el lavado de ropas: la del Campo de Marte, la huerta del Orzán y Capilla de San Amaro. Sus aguas contenían en su disolución sales marinas, por hallarse muy bajas.
A todo lo dicho hay que añadir los ríos de Arteijo y Loureda, así como los arroyos de Santa Cruz, Pazos, Montrove y El Temple, que por su escasa importancia no han sido estudiados.