El Liceo superó ayer en Riazor al Caldes (5-2) y vuelve a la cabeza de la clasificación, que comparte con el Barcelona.
Buena entrada ayer en Riazor, gracias sobre todo a la asistencia de los equipos (y sus acompañantes) que participaron en el Torneo do Eixo Atlántico. Y muchos de los espectadores se perdieron el primer gol, que llegó a los 46 segundos de partido, anotado por Facundo Bridge.
El Caldes no se descompuso. Tenía claro lo que iba a hacer delante del Liceo. Los barceloneses tuvieron sus oportunidades, rotaron a todos los jugadores y no renunciaron a tener la bola. Pero les falta algo que el Liceo sí que tiene más perfeccionado: la velocidad.
Si el primer gol fue gracias a la rápida circulación de la bola de los verdiblancos, el segundo, de Oruste, fue similar (minuto 11). El 2-0 daba más tranquilidad a los coruñeses. Y todavía más el 3-0, de Roberto di Benedetto, en el 18. Con ese resultado se llegó al descanso.
Pero el partido no estaba ni mucho menos resuelto. Nada más empezar la segunda parte, Ferrán Rosa recortaba la diferencia para el Caldes (3-1).
Llegaron entonces los peores minutos para el Liceo. Los de Juan Copa no lograban el cuarto, y los visitantes acechaban con acercarse un poco más. Eso sí, el tema de las faltas estuvo controlado. Los árbitros dejaron jugar y solo pitaron seis al Liceo y siete al Caldes en todo el partido.
Pero la incertidumbre se acabó en el minuto 39. Ciocale anotó aprovechando un rechace del cancerbero Gerard Camps. Y, poco después, Roberto di Benedetto rodeaba la portería rival para orientar la bola y marcar el 5-1.
Con el partido resuelto, el otro Di Benedetto, Bruno, sufrió un golpe en un brazo, y el juego se paró. En la reanudación, un desajuste defensivo del Liceo provocó un contragolpe del Caldes que culminó Giménez para poner el definitivo 5-2. Ahora, el Liceo afronta las visitas a Saint Omer, Reus y Barcelona para acabar el 2019.