Los empresarios creen que uno de los hándicap con los que tienen que luchar es la dificultad para acceder a la ciudad con el transporte público e, incluso, con el coche particular disponiendo de un espacio adecuado para estacionar. Ante la caída de las altas en el régimen de comerciantes en los últimos años, con la consiguiente clausura de negocios en todas las zonas, el sector demanda a las administraciones que ideen un plan de transporte que solucione la falta de “flexibilidad geográfica” por A Coruña.
Las mayores quejas de los empresarios a organizaciones como la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) y la Federación de Autónomos de Galicia (Feaga) llegan desde el ámbito del comercio. Así lo explica el presidente de ATA Galicia, Rafael Granados, que asegura que “hay un descontento generalizado en ese sector”. Habla, por ejemplo, de la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC) y del malestar que se fraguó con el anterior Gobierno municipal de Marea Atlántica pero destaca las preocupaciones principales de los dueños de negocios como personas individuales.
Si algo han comprobado en los últimos meses es que la gente quiere “aparcamiento porque eso facilita las compras y se ha potenciado el carril bici eliminando plazas, lo que ha perjudicado mucho”. Granados no solo subraya la necesidad de zonas donde estacionar vehículos privados, sino que demanda autobuses u otros métodos de transporte para llegar a los establecimientos.
En ATA sostienen, tras conocer las inquietudes de los comerciantes –el ámbito que más autónomos perdió en los últimos años en la ciudad–, que no es justo que las grandes áreas comerciales cuenten con líneas directas y no haya una planificación de accesibilidad al resto de barrios, para que todo el mundo juegue con las mismas cartas en el mercado.
El plan de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade para introducir los autocares del área metropolitana en el centro (dejando de parar únicamente en la estación de autobuses para llevar a los usuarios hasta la plaza de Pontevedra y Entrejardines a pesar de las trabas que fue poniendo el anterior Ejecutivo local de la Marea) fue un primer avance, pero quieren más.
Igualdad de condiciones
“En los municipios de nuestro alrededor hay una población muy grande pero no tiene facilidad para acceder ni en sus coches ni con un transporte urbano adecuado y hay que superar esa barrera y facilitarles la llegada”, afirma, porque entienden que eso se traducirá en más consumidores para los comercios coruñeses y, en consecuencia, en un régimen de autónomos que se resienta menos con lacras como la creciente compra a través de las plataformas online.
Si bien es cierto que desde diciembre de 2018 a junio de este año el global de la ciudad solo arroja una caída de 51 personas, la realidad es que el gran número de bajas de comerciantes se ha ido viendo compensada por “el auge de nuevas profesiones” en las que se requiere trabajar por cuenta propia, ya sea en el caso de los profesores, los abogados, los científicos o los periodistas.
“En lo que va de año en la provincia se perdieron 204 trabajadores del comercio”, destaca el representante de ATA, que incide en que una gran parte fueron despedidas en el municipio.
Culpa de los anteriores
En este contexto, y tal y como trasladan desde la organización, inciden en que no hay una “flexibilidad geográfica” y que sería positivo “facilitar” el acceso a todos los barrios y “no poner barreras” mientras en algunos centros comerciales tienen “todas las facilidades”.
En algunas reuniones ya han hablado tanto de la ampliación de horarios o frecuencias como de “zonas geográficas”, para ser accesibles al 100% y luchar contra la reducción del consumo atrayendo a más consumidores potenciales.
Aunque son conscientes de que la dinámica económica es la que es, tanto ATA como Feaga ven mucha culpa de la contracción del sector en el anterior Ejecutivo municipal. Si desde ATA hablan de cuestiones como los problemas con las “ayudas a las asociaciones y las negociaciones”, así como del carril bici, el presidente de Feaga, Francisco Javier Pérez Bello, advierte de que “la experiencia del anterior Gobierno local fue negativa”.
“La ciudad ha sufrido una parálisis, no ha habido una apuesta por el autoempleo, no se ha ayudado a las asociaciones que vertebran los diferentes sectores y zonas comerciales”, enumera. Pero tampoco se olvida de que “se ha perjudicado la movilidad, la ciudad está sucia y ha faltado diálogo”, algo que considera que ha cambiado con la llegada del PSOE a María Pita.
Aunque a nivel legislativo, los empresarios dependen del Estado hay afección por las políticas que se desarrollen en su entorno y ven que el actual equipo de la alcaldesa Inés Rey “ha llegado con otro talante y con ganas de hacer cosas”. Por ejemplo, dicen que ya detectan “obras de mejora, se está empezando a limpiar y ya hay una interlocución fluida”.