El gerente de Coregal, empresa dedicada al tratamiento de residuos de Cogami, explica su labor social en la comunidad.
¿A qué se dedica Coregal?
Somos una empresa que nació en 1994 como un centro especial de empleo. Pertenecemos a la red de centros de Cogami y en Coregal se da una oportunidad laboral a las personas con discapacidad. Comenzamos ofreciendo formación, además de la capacitación laboral que necesitan para, posteriormente, incorporase a una empresa ordinaria.
¿Cómo ha cambiado Coregal desde sus inicios en 1994?
Pues comenzamos en 1993, naciendo con un primer proyecto de formación en Santiago con solo dos personas, donde gestionábamos los residuos del Ayuntamiento. Entonces, en el 94, nos constituímos como empresa y comenzamos la recogida en órganos públicos. Ahora mismo tenemos cinco centros y cubrimos todo el eje atlántico, con plantas en Carballo, Santiago, Boiro, Ferrol y Mos; todas ellas cubriendo un radio de unos 100 kilómetros.
Mucho más trabajo, por tanto.
Mucho más y más diverso. Al principio comenzamos solo con la recogida municipal y se limitaba exclusivamente a papel y cartón. Ahora somos una empresa de gestión integral que consigue dar una nueva vida a los residuos, convirtiéndolos en una materia prima secundaria. También estamos realizando la valorización, que consiste en la incineración.
La plantilla habrá crecido mucho desde esas dos personas iniciales
La plantilla fija está en unas 150 personas. Eso sin contar con que tenemos un grado de absentismo muy superior a cualquier otra empresa por las necesidades especiales que tienen nuestros trabajadores, por lo que siempre hay que estar contratando gente para cubrir bajas. Tenemos el orgullo de poder decir que en plena crisis no hemos parado de ampliar la plantilla todos los años.
Una labor social que repercute en la empleabilidad de los discapacitados.
El 97% de nuestra plantilla lo forman personas discapacitadas. Para muchos, esta es la primera vez que trabajan en su vida. Este tipo de personas, por lo general, tienen una sobreprotección familiar, y las empresas de índole social son su oportunidad de incorporarse al mercado de trabajo y se sienten realizados. Muchos no pasarían las entrevistas en las empresas, y no porque no valgan, sino porque no se les da la oportunidad.
¿Qué valor añadido ofrece Coregal a sus clientes?
Consolidar el trabajo a largo plazo. Nosotros no buscamos el máximo beneficio en un corto espacio de tiempo, sino que apostamos por la calidad del servicio y mantener al cliente. Nuestros precios son muy parecidos al de la competencia; por eso estamos obligados a ser competitivos.
¿Eso cómo se consigue?
Sacrificando el margen general. Al ser una empresa social, una entidad sin ánimo de lucro, reinvertimos todos nuestros beneficios en seguir creciendo. No repartimos dividendos a final de año así que nuestra filosofía es la de consolidarnos a largo plazo e intentar dar un servicio de máxima calidad.
Para ser competitivos, ¿deberán jugar las mismas cartas que la competencia?
Por supuesto. Hemos optimizado todos nuestros procesos para ello. Pero es un trabajo muy duro. Hemos tenido que llevar a acabo un cambio en la mentalidad sobre la orientación del trabajo y reinventarnos. Sin embargo, necesitamos estar tan al céntimo como todos los demás.
¿Eso qué quiere decir?
Que antes, en época de bonanza, ser una empresa social podía conseguir algún contrato más. Ahora, todas las empresas miran céntimo a céntimo el presupuesto que dedican a cada cosa, y la gestión de sus residuos no iba a ser un caso aparte. Si tienes un precio de un euro por tonelada superior a otra empresa, pierdes el contrato. Y no es una diferencia económica importante para una gran empresa, pero lo están mirando así.
¿Y se consigue ajustar los precios?
Nosotros tenemos más margen por ser una empresa social. Insisto en que no tener que repartir dividendos y poder reinvertir en la empresa todo el beneficio anual favorece mucho que podamos crecer. Nosotros tenemos cinco naves en propiedad y una amplia flota de vehículos, y eso abarata mucho la cosas en Galicia. Porque aquí tenemos una orografía muy complicada y se penaliza mucho el transporte. De ahí que sea importante tener una red de centros amplia para cubrir buena parte de la autonomía. Que podamos tener precios más económicos lo va a determinar que estemos más cerca de los clientes.
¿Tienen previsto seguir creciendo?
Previsto sí, pero programado aún no hay nada. Había planes pero la llegada de la crisis los frenó. Ahora estamos presentes en A Coruña y Pontevedra, porque son las dos provincias que concentran más industria y más producción, pero queremos llegar a Ourense y Lugo, por supuesto. Pero por ahora no hay fecha. La crisis ha llevado consigo una reducción del consumo y, por lo tanto, una reducción de en torno al 50% de la generación de residuos. Todo ello repercute, lógicamente, en nuestra labor.
¿Qué volumen de trabajo manejan actualmente?
Pues en la gestión de residuos como cartón y plástico estamos tratando actualmente unas 50.000 toneladas por año. De todas ellas, más o menos el 85% las valorizamos. Se consigue dar un nuevo uso a los desechos.
¿Cuál es ahora el sector fuerte de Coregal?
Ahora nos estamos centrando mucho en el tratamiento de los plásticos. Llevamos a cabo un proceso de transformación, que permite aportar un valor añadido. El plástico se tritura y ahora estamos incorporando un proceso de lavado, para poder generar otro producto. Eso lo realizamos en Vigo, porque es donde está todo el sector del automóvil, que es el que genera más cantidad de plásticos.
¿Todo el trabajo se realiza en Galicia?
Trabajamos con empresas internacionales. Hoy en día, una empresa que no consigue adaptarse al mercado global, se muere. Y nosotros estamos haciéndolo. Por ejemplo, en el tratamiento de colchones, la espuma que se saca, se manda a Arabia Saudí.