La primera ministra británica, Theresa May, elevó el tono del debate al advertir a los diputados de que bloquear el Brexit mediante el rechazo al acuerdo que ella propone sería un “catastrófico” e “imperdonable” atentado contra la democracia en el Reino Unido.
En un artículo publicado ayer en “The Sunday Express”, May conminó a la Cámara de los Comunes a aprobar el tratado negociado por el Gobierno en la votación de mañana, en cumplimiento de “las instrucciones” que dio el pueblo británico al respaldar la salida de la Unión Europea en el referéndum de 2016.
“No podemos ni debemos decepcionarles”, afirma la líder conservadora, que insta a los diputados, la mayoría de los cuales hasta ahora se opone al pacto, a unirse en apoyo del texto “por el bien del país”. “Si el Parlamento no se une para aprobar este acuerdo en pro del interés nacional, nos arriesgamos a dejar la UE sin acuerdo, con toda la incertidumbre para el empleo y la seguridad que eso conllevará”, dijo.
“O, si los diputados no quieren afrontar la incertidumbre de una salida sin acuerdo, en ausencia de otra propuesta sobre la mesa nos arriesgamos a no dejar la Unión Europea en absoluto”, lo que iría contra la voluntad popular expresada en 2016, avisa.
Elecciones
May arremete contra el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, al que acusa de “hacer política en lugar de pensar en el mejor interés del país” por pedir unas elecciones generales si el pacto es rechazado mañana.
En una entrevista, Corbyn reiteró que su formación espera “el momento” para presentar en el Parlamento una moción de censura contra el Ejecutivo que, si fuera aprobada, instigaría esos comicios anticipados.
“Presentaremos una moción contra el Gobierno en el momento que elijamos, pero será pronto”, declaró el dirigente socialdemócrata, cuya prioridad es tratar de llegar al poder con un programa alternativo para el Brexit y para el Reino Unido. Corbyn también admitió que, si hubiera elecciones y el Gobierno cambiara, seguramente habría que retrasar la fecha de salida del bloque europeo, fijada por ley el 29 de marzo.
La Cámara de los Comunes vota mañana el tratado consensuado por May con Bruselas, que regula el coste de la salida, los derechos de los comunitarios y una polémica cláusula de seguridad para evitar una frontera física en la isla de Irlanda en ausencia de un pacto comercial bilateral.
Según la prensa, es posible que hoy la UE y el Gobierno revelen correspondencia en la que se ofrecen garantías de que es improbable que esta cláusula llegue a aplicarse, en un intento de captar el voto, entre otros, del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, socio parlamentario del Ejecutivo conservador. Si, como se prevé, de todas maneras el acuerdo gubernamental es rechazado, la primera ministra debe proponer un plan alternativo en un plazo de tres días hábiles, como tarde el 21.
La prensa sugiere que, si pierde mañana, la intención de May es ir a Bruselas el mismo miércoles para tratar de obtener nuevas concesiones.