Con los datos definitivos en la mano, el rector de la Universidad, Xosé Luis Armesto, lanzaba ayer la voz de alarma sobre el vertiginoso aumento del número de alumnos que han abandonado los estudios durante este curso en la entidad coruñesa. En apenas un año académico, la cifra se ha duplicado y, en palabras el propio Armesto, el próximo año será aún peor. Si durante el curso 2011-2012 las bajas que se cursaron no llegaban a 80, un año después, esa cifra supera las 150 renuncias.
Las dificultades económicas son las principales cuestiones por las que los alumnos se ven forzados a dejar la Universidad. De hecho, Armesto subrayó que aún hay 114 alumnos pendientes de pagar el cuarto plazo de la matrícula y otros 90 de pago único. Todo ello, recuerda el rector, teniendo en cuenta que las tasas de primera matrícula no se han incrementado en el Sistema Universitario Gallego, aunque lo harán en los próximos cursos, por lo que los datos que se esperan no dan pie a la esperanza. La vicerrectora de Estudiantes, María José Martínez, explicaba que el aumento del desempleo en las familias impide hacer frente a los pagos de las matrículas. Esta situación, unida al hecho de que ha caído de forma importante la concesión de becas procedentes del Ministerio de Educación, pone en riesgo la continuidad de los estudios de cientos de jóvenes en la Universidad.
Atendiendo a esta nueva realidad, el rector anunciaba ayer la creación de un fondo social, que completa la última convocatoria de ayudas que se hizo pública en el pasado mes de mayo, para alumnos con dificultades económicas sobrevenidas. Estas ayudas fueron solicitadas por un total de 29 personas, de las que la Universidad concedió 19, ya que el resto no cumplía los requisitos exigidos.
un millón y medio
Este nuevo fondo social, que funcionará a partir del próximo curso y está dotado con 115.000 euros, tiene como finalidad facilitar el acceso del alumnado a los estudios superiores. Se tendrán en consideración criterios económicos y académicos en cada uno de los casos, pero el rector avanza que podrían cubrir el 100% del coste de la matrícula. Además del fondo, Armesto avanzó otra serie de medidas para facilitar la continuidad de los estudiantes en la Universidad.
Así, el rector señaló que los alumnos a los que se les deniegue una beca podrán hacer uso de la modalidad de pago fraccionado para la matrícula (hasta cuatro plazos). Hasta ahora, los alumnos tenían que pagar las tasas en una única vez al conocer la resolución del ministerio. Además, se aprobará una norma de desistencia, para que no se penalice a los estudiantes que dejen la titulación. De esta forma, en caso de retomar los estudios, no les habrán corrido convocatorias, por lo que sus expedientes estarán limpios y no tendrán que pagar más por matricularse por segunda vez en ciertas materias.
También se concederán becas para los desplazamientos de los estudiantes en la realización de las prácticas obligatorias. En total, la Universidad destina 1,5 millones a estas ayudas.