Mañana entrará en vigor la declaración de los jardines de Méndez Núñez como Zona de Especial Protección (ZEP), lo que conllevará la prohibición del botellón. El incumplimiento de la ordenanza de ocio nocturno conllevará multas de hasta 3.000 euros.

Esta declaración será aprobada hoy por la junta de gobierno local y mañana se publicará en el Boletín Oficial de la Provincia. Entonces será cuando el Ayuntamiento instale carteles advirtiendo de la prohibición de consumir alcohol entre el inicio de los jardines, a la altura de la plaza de Ourense, y el palco de la música, cercano al Obelisco.

El Gobierno local dará cumplimiento de esta manera desde mañana a la ordenanza aprobada en 2008 y que regula el ocio nocturno, y que implica la prohibición de consumir alcohol en las calles en grandes concentraciones de gente que alteren el orden público y el descanso.

Para los primeros días de esta prohibición el Gobierno local prevé un dispositivo policial especial. Los agentes se encargarán de controlar que no haya incumplimientos, que podrán ser sancionados con cantidades que irán desde los 200 euros de las multas leves (como golpear una botella tirada en el suelo), hasta entre 1.500 y 3.000 euros para aquellos que consuman alcohol. La cuantía de las sanciones supondrá una medida de disuasión en caso de que haya jóvenes que opten por desafiar al Ayuntamiento y quieran mantener los jardines de Méndez Núñez como su lugar para consumir alcohol.

Refuerzo

Méndez Núñez se unirá a otras zonas de la ciudad que fueron declaradas ZEP hace años como es el caso de las plazas del Humor, Azcárraga y Santa Catalina, o el entorno de la Ciudad Vieja.

Ante la previsión de que los jóvenes puedan buscar otro emplazamiento para celebrar el botellón la Policía Local tiene preparado un aumento de los controles en otros lugares de la ciudad para evitar su traslado.

Desde hace tiempo los vecinos del Orzán lamentan que las calles de este barrio se hayan convertido en un punto en el que se celebra el botellón, práctica que se une a los clientes que sacan consumiciones de los locales de hostelería a la vía pública.

La asociación vecinal denuncia desde el pasado mandato los problemas que esta situación acarrea, principalmente los fines de semana, impidiendo el descanso de los vecinos durante la madrugada y los problemas de suciedad que conlleva. La alcaldesa, Inés Rey, que fue la encargada de presentar ayer esta medida para proteger los jardines de Méndez Núñez, rechazó que el Ayuntamiento mantenga una actitud “pasiva” ante las protestas de los vecinos del Orzán y una posible “inhibición de funciones”. También destacó que desde su llegada a María Pita se intensificaron los controles de cumplimiento de horarios de cierre de los locales de hostelería tanto por parte de patrullas policiales como de agentes de “paisano”. “El número de actuaciones es ingente”, declaró Inés Rey, quien explicó que también se instalaron nuevos puntos de medición de ruido en el Orzán. “Trabajamos para evitar conflictos y equilibrar intereses”, expuso la alcaldesa.

La prohibición del botellón en Méndez Núñez fue defendida por Inés Rey desde poco después de su llegada a la Alcaldía y mañana será un hecho en su primer año de mandato. La regidora se refirió al “deterioro ecológico” y los actos vandálicos que sufren los jardines de Méndez Núñez de manera continuada con motivo del consumo de alcohol en este lugar.

Para la declaración de los jardines como ZEP se elaboraron diversos informes previos. Por una parte está uno del Sergas que recoge un “repunte” en el número de menores que consumen alcohol, destacando las chicas de entre 13 y 16 años.

Además de los problemas de salud provocados por el consumo de alcohol entre los menores, el botellón tenía otras consecuencias motivadas por los actos vandálicos. El reloj floral, el estanque, las esculturas y las especies vegetales sufren la acción de los vándalos y ahora se está preparando un plan integral de recuperación y conservación de los jardines, centrado tanto en las zonas verdes como en el resto de elementos.

Datos

Los datos que posee el Ayuntamiento hablan de una media de mil personas haciendo botellón en este lugar las noches de los jueves y, sobre todo, de los sábados. Estas concentraciones provocan que a la mañana siguiente se recojan alrededor de tres toneladas de residuos, la mayoría desperdigadas por el suelo y las zonas verdes, a pesar del refuerzo de contenedores.

Ayer también se reunió la Mesa del ocio saludable, que estudia un programa islandés que perfila actividades alternativas según el perfil de los jóvenes que hacen botellón.