Os Mallos continúa sufriendo una ola de robos protagonizada por jóvenes okupas. El último suceso tuvo lugar ayer a las cuatro de la madrugada, cuando uno de estos sujetos irrumpió en una tienda de artículos de viaje para llevarse todo lo que pudo. Afortunadamente, la rápida actuación de la Policía Nacional permitió su captura e identificación. Muchos de estos jóvenes son reincidentes, y llevan a sus espaldas un numerosos expediente de daños, allanamientos, robos con fuerza, altercados y hurtos.
En este último caso, el ladrón rompió el cristal de la puerta de la tienda a las cuatro de la madrugada, produciendo un ruido de cristales rotos que alertó a los vecinos. Según explicó el dueño del establecimiento, Alberto Costal, cuando llegó el primer coche patrulla, se encontró con varias maletas en la acera, supuestamente las que había seleccionado para llevarse. También se encontró en el interior, que estaba todo revuelto, una mochila con zapatos y carteras. “Imagino que sería para llevárselo, y también se me llevó todo el cambio que tenía en la caja, unos cien euros”, relató el afectado. Todo obra en poder de la Policía Nacional.
Costal reconoce que es la primera vez que sufre un robo con fuerza, aunque ha tenido que soportar varios hurtos. Esta vez, el principal daño que ha sufrido es el de la puerta de su negocio, que tuvo que bloquear con cajas de cartón a la espera de que se sustituyera el vidrio hecho añicos.
Anteriormente, el sábado pasado, habían destrozado el establecimiento vacío situado en el número 42 de la calle de Francisco Catoira, reventando los cristales, en un hecho que fue observado y grabado por numerosos testigos.
Desde el año pasado
Estos jóvenes problemáticos son de nacionalidad magrebí y se hallan en el país en situación irregular. Llegaron a la ciudad hace más de un año provenientes de otros puntos de España y a finales del año pasado comenzaron a crear problemas en el barrio de A Falperra, donde se asentaron en dos inmuebles de la calle del Doctor Fleming. Tanto vecinos como comerciantes denunciaron los constantes robos y altercados. Aunque fueron detenidos en repetidas ocasiones por la Policía Local y Nacional, a menudo in fraganti o con objetos robados los cuestionados alegaron siempre que se les acusaba por racismo. Los okupas de uno de los edificios del Doctor Fleming fueron expulsados del inmueble el 26 de noviembre por la Policía Nacional, pero estos se trasladaron a varios inmuebles de Os Mallos, barrio donde los vecinos denuncian robos desde entonces. No solo en tiendas o en coches: han llegado a saltar las tapias de las viviendas unifamiliares que se encuentran a lo largo de al avenida de Os Mallos. Fuentes policiales señalan que se les mantiene bajo vigilancia, pero no existe una solución fácil.