La asociación benéfica Renacer realiza una labor vital para numerosas familias de la ciudad en situación de vulnerabilidad con su ropero y su economato. Además, tienen un huerto en Oza-Cesuras cuyos productos van directos a las mesas del comedor de la sede de Inditex en Arteixo.
Se trata de un terreno de 1,5 hectáreas en el que trabajan personas en riesgo de exclusión y que lo utilizan como una manera de formarse. Tirabeques, remolacha, acelga, lechuga, judía, calabaza, zanahoria y calabacines son algunos de los productos completamente ecológicos que se cultivan a pequeña escala en este huerto y que terminan en el comedor de una de las empresas más reconocidas tanto en España como en el extranjero.
Además, producen maíz ecológico que sirve para alimentar a las gallinas y conejos que tienen en el mismo lugar. El objetivo para el próximo año es el de crear una cooperativa agrícola partiendo de las cuatro personas que trabajan habitualmente en este huerto, a los que se unen continuamente otros colaboradores.
Detrás de esta iniciativa y de todas las labores de asistencia que realiza Renacer se encuentra José Pernas, que puso en marcha esta asociación en 1985 y la fundó formalmente dos años después con la colaboración de Carmiña Salorio y Pablo Valencia. Todo comenzó a raíz de un muchacho que fue herido con arma blanca y que vivía en la calle, cuenta el presidente de la entidad. Entonces, recurrió a sus ahorros para hacerse con un piso en el que acoger a esta persona y a otros en una situación similar a los que quería dar una oportunidad de empezar de nuevo.
La labor que desempeña desde entonces le valió en 2011 el reconocimiento como Premio Nacional de Voluntariado Social, un empujón más para continuar.
La mayor parte de las personas que acogió en sus inicios contaban con “problemas delictivos”, explica Pernas, quien explica que con el paso de los años la situación fue cambiando y ahora muchos de los que solicitan su ayuda son inmigrantes.
Actualmente ofrecen un hogar a 82 personas, cerca de la mitad españolas y el resto de otras nacionalidades, principalmente de Latinoamérica pero también de puntos de Europa, Asia y África. “No tienen para cubrir sus necesidades básicas y recurren a nosotros”, relata.
Para ello cuentan con catorce hogares de acogida repartidos por la ciudad y algunos ayuntamientos de la comarca en los que hay desde personas sin ninguna relación entre ellos a familias enteras. “Les dejamos tranquilos y solo se interviene si hay un conflicto serio, de lo contrario se les deja libertad”, expone José Pernas, que explica que en cada casa existe un coordinador.
Además de los hogares de acogida, Renacer también pone a disposición de personas en situación de vulnerabilidad un ropero y un economato que ayudan a cerca de un centenar de familias cada semana. Todo ello gracias a casi treinta colaboradores que ayudan en las diferentes tareas. José Pernas recuerda como por la sede de la asociación y por los hogares de acogida han pasado “miles” de personas, cada una con una historia diferente, y algunas a las que Renacer sirvió para reconducir su vida.
“Los hay que acaban la carrera, otros que logran trabajos, alguno que montó su empresa en el extranjero y otros que consiguen volver a sus países con una situación mejor”, relata José Pernas con la felicidad de quien realiza una labor social completamente sin ánimo de lucro y gracias a la aportación que realizan los colaboradores y de algunas administraciones.