No es el primer pleno extraordinario, ni mucho menos, que fuerza el grupo municipal del BNG en el presente mandato, pero sí lo es en las actuales circunstancias de la corporación. Es, por tanto, el primero en el que su propuesta gozará del beneplácito de la gran mayoría, la que posee la oposición con sus 12 concejales frente a los cinco del gobierno local.
Anteriormente, desde filas nacionalistas, gracias a los cinco ediles con los que cuentan y, por tanto, con más del 25% de la corporación, ya hicieron uso de este derecho que le confiere la ley que regula el funcionamiento de las administraciones locales para otros asuntos, pero siempre se encontró con un muro, el que formaba entonces el gobierno local, que tenía nueve concejales, es decir, mayoría absoluta.
Pero ahora la cosa cambia. Los grupos de la oposición son conscientes de que tienen la sartén por el mango y que cualquier propuesta que realicen será atendida.
De este modo, la polémica generada por las modificaciones realizadas por el ejecutivo en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) llegarán al salón de sesiones de un modo exclusivo. Será pues este tema el que centre una sesión que debería celebrarse antes del pleno ordinario de este mes, que está fijado para el jueves 27.
“Modificáronse substancialmente os planos segundo puido comprobar o BNG”, señalan los nacionalistas, que indicaron que este análisis lo realizaron “simplemente cotexando os planos de ordenación detallada (zonificación) do documento previo cos do aprobado inicialmente polo pleno da corporación”.

rústico y rural
El grupo del BNG asegura que, además de los cambios que se han realizado como consecuencia de las directrices del informe previo remitido a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, constataron que de los 23 planos de los que consta el documento, “alomenos 16 están alterados”.
Igualmente detectaron “un mínimo de 41 cambios, fundamentalmente referidos a parcelas que figuraban como solo rústico e pasan a solo de núcleo rural ou viceversa”.
El BNG considera que “non é de recibo” que, mientras a unos ciudadanos “se lles altera a calificación urbanística das súas propiedades”, otros, sin embargo, “non teñen tanta sorte” y deben recurrir a la presentación de alegaciones “e agardar a ver que pasa”. Por todo ello, el grupo liderado por Abel López Soto cree que el regidor, Ernesto Anido, está realizando una gestión “arbitraria e polo tanto nefasta”.
En este caso del documento urbanístico, a juicio del BNG se ha generado “desconfianza e sensación de engano” a todos los colectivos, ya que citan a la ciudadanía, a los concejales de la corporación y a la propia Xunta.
Hay que recordar que el alcalde se negó hace unos días, a preguntas de este medio, a hacer público ese informe previo.