Las forenses constatan que el hombre que intentó matar a una recepcionista está trastornado

Las forenses constatan que el hombre que intentó matar a una recepcionista está trastornado
el acusado declarã³ el martes en la audiencia javier alborã©s

Un delirio, producto de su enfermedad mental, y que le lleva a pensar que alguien (en concreto, su primo) quiere acabar con él es, a ojos de dos médicos forenses, lo que motivó la brutal agresión que protagonizó en marzo de hace dos años el único huesped que aquella tarde se encontraba en un hostal de Arca, en O Pino, contra la recepcionista del establecimiento.

Las conclusiones de las especialistas respecto a la enfermedad mental que padece el autor confeso del ataque, hoy acusado, pueden ser relevantes de cara a la sentencia que en los próximos días dictará la Audiencia Provincial, que le juzga por delitos de homicidio intentado y agresión sexual, también en tentativa.

Se enfrenta a una petición de condena que la fiscal establece en seis años y medio de cárcel, pero que podría convertirse en tiempo de internamiento psiquiátrico si se constata el diagnóstico que ayer esbozaron las especialistas. Porque, sin precisar si se trata de una esquizofrenia o un trastorno psicótico, lo que las facultativas observan de forma clara es que su patología es “persistente” y afecta a su capacidad de razonar y a su voluntad. “Ha perdido su capacidad de conexión con la realidad, está viviendo su historia”, detallan.

Y su historia, según relató a las forenses en el examen el procesado, se corresponde con lo que declaró el martes ante el tribunal que le enjuicia: su “delirio” le lleva a pensar que su primo quiere asesinarle y que busca montajes para conseguirlo. Y es ahí donde entra la víctima, la recepcionista del hostal donde aquella tarde paró a descansar después de varias semanas “huyendo de hotel en hotel”.

Como manifestó el hombre en la primera sesión del juicio, llegó al convencimiento de que la joven, a la que no conocía de nada, estaba “compinchada” con su primo, así que decidió arrancarle la verdad de forma violenta. Logró atraerla a su habitación con una excusa –que su llave se había estropeado– y entonces sacó una navaja y se abalanzó sobre ella, con la intención, según confesó, de “hacerle daño”.

La trabajadora logró zafarse de él y refugiarse, malherida, en un bar cercano, y le acusa, además de por el ataque que sufrió en el cuello con la navaja, de una agresión sexual que tiene que ver con una frase que su atacante le dirigió durante el forcejeo: “Te voy a follar”.

Las acusaciones (pública y particular) aprecian que existe un delito sexual pese a que el hombre sentado en el banquillo niega que tuviera intención alguna de violar a la que creía cómplice en su intento de asesinato.

Sobre esta cuestión, las forenses no pudieron dar ayer una respuesta concluyente, aunque señalaron: “Él pensaba que todo era un montaje de su primo para acabar con él, no recuerdo que (en la entrevista) hablara de la agresión sexual”. No obstante, a preguntas del abogado de la víctima, matizaron: “No podemos descartar que esa agresión sexual esté dentro de su delirio”.

Las forenses constatan que el hombre que intentó matar a una recepcionista está trastornado

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