Después de la gran victoria en el Palau frente al Barcelona, al Liceo le tocaba ayer un partido ‘trampa’. De estos en los que hay mucho que perder y poco que ganar. Pero los de Juan Copa amarraron los tres puntos frente al Mataró. Sin alardes, sin una goleada como la del anterior partido en casa (ante el Taradell) pero alcanzando el objetivo de mantenerse con el pleno de triunfos.
El conjunto barcelonés, recién ascendido, fue valiente y quiso jugarle al Liceo. Pero la diferencia de calidad y recursos era bastante evidente. A pesar de ello, el cuadro visitante no se descompuso, ni cuando el Liceo se adelantó con gol de Adroher ni cuando Carballeira amplió la diferencia.
Eso sí, parte del mérito de que el Mataró no saliera goleado de Riazor fueron los errores locales. El Liceo dispuso de tres faltas directas, que Adroher en dos ocasiones y Maxi Oruste en otra no fueron capaces de convertir. Y también de dos superioridades numéricas desaprovechadas.
En definitiva, llegaron los instantes finales y el marcador seguía 2-0. El Mataró vio cómo el Liceo estuvo los últimos siete minutos con nueve faltas, y los catalanes no tuvieron la picardía o no supieron forzar esa décima sanción que les habría concedido una directa. Los de Copa dejaron pasar los minutos y el partido se acabó. No faltaron los aplausos de los aficionados ni los de las ‘pementeiras’ de Herbón que fueron invitadas al partido.