Como señaló el concejal de Movilidad, Juan Díaz Villoslada, esta misma semana, la reforma de San Andrés para convertirlo en un bulevar será uno de los hitos urbanísticos más importantes del mandato de Inés Rey. En realidad, hay que encuadrarlo dentro de un proyecto más amplio que supondrá peatonalizar Los Cantones hasta la plaza de Mina y expulsar al vehículo privado del centro de la ciudad. Eso significará eliminar aparcamiento: más de cincuenta plazas (54) situadas en el centro de la ciudad, sin contar los estacionamientos para bicicletas ni la zona de carga y descarga y que, según la Policía Local, emplean normalmente los conductores que acuden a visitar el centro de la ciudad. A cambio de perder aparcamiento en pleno centro, donde es más escaso, la calle de San Andrés contará con una plataforma única, carril bus y una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora.
En realidad, el propio Villoslada se ocupó de aclarar que no será un carril bus propiamente dicho el que discurra por San Andrés. De hecho, fue la primera vía en obtenerlo: en septiembre del año pasado se cumplieron 30 años desde que se instaló esta infraestructura, en 1989. Solo duró unos meses, pero sirvió para mejorar la frecuencia de las líneas que pasan por San Andrés, como recordaron en su día desde Tranvías. Después vino el carril bus del bipartito socialista, con sus polémicas “aletas de tiburón”, que fueron sustituidas por la actual Vía Prioritaria Vigilada por el Gobierno de Carlos Negreira. Es muy posible que este sistema se mantenga puesto que San Andrés será de sentido único, entrada.
Eso significará que los conductores coruñeses tendrán solo dos rutas de salida de la ciudad: por el Paseo Marítimo o por la avenida del Puerto. Cualquier accidente en uno de estos puntos en hora punta colapsaría la ciudad. “No hay otro remedio, .es la propia estructura de A Coruña la que tiende a eso”, explican fuentes de la Policía Local que, por otro lado, esperan que la peatonalización de Los Cantones permita mejorar la circulación por San Andrés al eliminar el tráfico en la Rúa Nueva y con él, la necesidad de un semáforo. Mas allá de las cuestiones de la circulación y el aparcamiento, los vecinos y comerciantes de la zona esperan que la reforma de San Andrés sirva para dar un impulso a esta zona, que no ha conseguido recuperar su pujanza tras la crisis económica, y que está llena de tiendas vacías y edificios ruinosos.
Pero el proyecto de convertir San Andrés no es para nada nuevo y podría decirse que va camino de eternizarse. Varios gobiernos locales lo han prometido como solución para los males de la zona, y nunca se ha materializado. El Gobierno de Carlos Negreira valoró hacerlo y la Marea Atlántica recibió solicitudes a través de los presupuestos participativos. Y por el momento, no hay ninguna partida específica reservada para este año para este fin, así que habrá que esperar a cómo se desarrolla el mandato.