El Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) sigue su tendencia al alza en su actividad de trasplantes, alcanzando el pasado año récords históricos tanto en número de donantes, un total de 180. De ellos, 104 fueron de tejidos y 76 de órganos –45 de cadáveres y 31 de pacientes vivos–.
El coordinador de trasplantes del complejo coruñés, Fernando Mosteiro, argumentó ayer que parte del éxito de esta cifra se debe al importante descenso en las negativas familiares, que pasó del 20% de hace un par de años al actual 2,17 por ciento, lo que supone estar 12 puntos por debajo de la media nacional.
“Estamos muy orgullosos”, aseguró Mosteiro, al mismo tiempo que justificó en el éxito de las campañas divulgativas, sobre todo en centros escolares, esta mejora de resultados. “Hace años era un tabú hablar de la muerte y ahora está cambiando la mentalidad”, apuntó.
A este respecto, los responsables hablan de rotura del “maleficio”, debido a que, durante años, Galicia se situaba a la cabeza de las negativas familiares.
El pasado año significó el cuarto de mayor actividad en trasplantes con 238 intervenciones, lo que sitúa al hospital coruñés en el octavo puesto de la clasificación nacional. “Somos un área sanitaria de 550.000 habitantes y estamos compitiendo en la misma liga con hospitales que atienden a un millón como La Fe de Valencia o el Clínic de Barcelona”, aseguró el profesional.
Así, la tasa de donación fue la mayor de la historia en el área sanitaria, situándose en 84 donantes por millón de ciudadanos, mientras que la media nacional se sitúa en 48,9. Además la OMS fija en 50 el número de donantes por millón en 2022, por lo que “A Coruña se sitúa por encima de la media y tres años antes”, destacó el doctor Mosteiro.
Tipología
De los 238 trasplantes, 109 fueron de riñón, 66 de hígado, 41 de pulmón, 20 de corazón y dos de páncreas –destaca la realización de dos dobles renopancreáticos–. En total, se llevaron a cabo cinco intervenciones infantiles, una de riñón, dos de pulmón y otro par de corazón, siendo estos últimos especialmente significativos. “Llevábamos cinco años sin necesidad de hacerlos pero en 2019 se retomó la actividad”, destacó el responsable del programa de trasplante cardíaco, José Joaquín Cuenca, que destacó que su área es la que tiene más problemas a la hora de conseguir donantes ya que la edad media se sitúa en los 60 años. Asimismo, puso de manifiesto el descenso, “afortunadamente”, de donantes fallecidos en accidentes de tráfico, una cifra que situada entorno al 4%.
En cuanto a los tejidos, destacan las 104 donaciones corneales, una cifra que provoca que no haya demora en el Chuac y que incluso se puedan enviar córneas a Madrid y Barcelona. Asimismo, hubo 24 donantes de hueso y 67 de médula ósea.
Tanto el gerente del área, Luis Verde, como Fernando Mosteiro quisieron poner de manifiesto la labor de los profesionales del complejo hospitalario, ya que todos se implican en cierto modo en un trasplante.
Así, basan las buenas cifras en tres factores: el descenso de las negativas familiares; el aumento de donaciones en asistolia (parada cardíaca) controlada hasta el máximo histórico de 18, representando el 24% del total de donaciones; y al incremento en la detección de donantes fuera de las unidades de críticos en los servicios de Urgencias y Neurología, siendo este tipo el 30% de los donantes fallecidos.
Mosteiro aseguró que los retos para este año pasan por consolidar estos protocolos y promover campañas divulgativas de donación para continuar con la tendencia a la baja de las negativas familiares. “Empezamos con la unidad en 1981 de la mano de Pepe García Buitrón que nos transmitió la ilusión por lo que la implicación de los cirujanos siempre fue muy grande; de aquellos barros, estos lodos”, quiso sintetizar el sanitario en relación al buen funcionamiento quirúrgico.