El cambio de uso del hotel ya se rechazó por una orden ministerial en 1990

El edificio del hotel se somete hoy a una nueva subasta. Será a partir de las 09.30 horas y, si se atiende a lo sucedido en todas las anteriores, no se albergan muchas esperanzas de que alguien puje por el inmueble, ya que hasta ahora siempre quedaron desiertas.
Las elevadas deudas contraidas con la Seguridad Social y un nicho de mercado que las empresas hoteleras pueden no ver del todo claro hacen que este gigante situado en el paseo marítimo de Sada siga sin nadie que quiera gestionarlo.
Ahora mismo, con la situación actual, la única salida que tiene es la de encontrar un comprador para dedicarlo, como hasta la fecha, a un negocio hotelero, tal y como se estableció en el acta de entrega de los terrenos hace ahora 30 años.
No es por tanto una opción, con las circunstancias entonces descritas, que el edificio albergue nada que sea ajeno a un hotel. Como así lo prohíben también unas normas urbanísticas en las que el uso del inmueble queda así establecido, aunque ya se trabaja en ese cambio en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) que elaboró el anterior Gobierno local y que ya está revisando el nuevo Ejecutivo sadense.

precedentes
La orden ministerial que aprobó, en 1990, el “Proyecto Básico de las Edificaciones en el Paseo Marítimo de Sada” ya rechazó cualquier otro uso que no fuera el hotelero en este edificio.
Entonces fue el Gobierno local presidido por Ramón Rodríguez Ares, en aquella época en el PP, el que recibió la negativa del Ministerio de Medio Ambiente al respecto de destinar la edificación a vivienda particular, como constaba en el documento presentado por el Ayuntamiento  en 1987. 
Desde el Ministerio lo rechazaron, el consistorio recurrió y se volvió a desestimar, por lo que la administración sadense presentó el que a la postre sería el proyecto definitivo en enero de 1990 y que fue aprobado en abril de ese mismo año.
Por eso y porque “de no cumplirse las condiciones establecidas, se producirá la reversión de los terrenos cedidos” por el Estado, el Ayuntamiento no quiere correr riesgos innecesarios.

El cambio de uso del hotel ya se rechazó por una orden ministerial en 1990

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