Entre las muchas iniciativas sociales, solidarias y sorprendentes que tienen Novo Mesoiro como punto de origen la última de ellas puede considerarse una de las más altruistas de cuantas se recuerdan. Y es que, si ya de por sí el campo de fútbol del barrio nació con la condición de ser un espacio público de disfrute, la reforma del mismo puede ir en la misma línea. Lorenzo López, constructor del último edificio, el que cerrará el proceso de configuración del barrio, ha cedido al Ayuntamiento unos terrenos en las faldas del inmueble para que los vecinos puedan disfrutar de una grada y una cubierta en el Cruyff Court. 

Hace más de una década que el de la periferia es el barrio de A Coruña donde late con más fuerza el recuerdo de Johan Cruyff. La ciudad que en su día le dio la bienvenida con Chupa Chups gigantes es hoy uno de los guardianes del legado del genio neerlandés. Podría decirse, incluso, que el mayor reclamo y atractivo para los residentes en otros barrios. Sucede con el campo de fútbol algo parecido a las pachangas de hace años en los parques infantiles: encontrar sitio a lo largo de una tarde es casi imposible. “Todas las tarde está lleno de gente, al ser un campo gratuito y abierto a todo el mundo; vienen chavales y mayores de A Zapateira, Elviña, Feáns o Matogrande”, explica Víctor Lamela, presidente de la asociación vecinal.

Sin embargo, la rotación de más de un centenar de menores por día, lógicamente, lleva implícito en buena medida la supervisión de adultos, quienes en muchos casos tienen que ejercer de medio de transporte. Y, por muy particular que sea en muchos sentidos, Novo Mesoiro de momento no tiene ni clima propio ni es a prueba de lluvias. “No hay donde sentarse ni resguardarse”, indica Lamela en relación al espacio externo al campo de fútbol

Por otra parte, Novo Mesoiro cuenta ya con un club de fútbol femenino y otro de veteranos, pero la intención de los residentes es que, simplemente por pirámide poblacional, acabe teniendo una escuela y un club representativo del barrio como puedan ser el Orzán, el Silva o el Imperátor.

Condiciones 

El Ayuntamiento de A Coruña desembolsó 113.000 euros en 2013 para la construcción del campo, mientras que el año pasado llevó a cabo una labor de remodelación que implicó un desembolso de otros 50.000 para solucionar los graves desperfectos de una década de actividad continuada.

Entre las condiciones de la Fundación Johan Cruyff para que su campo y su nombre quedasen grabados en la ciudad es que el recinto sea un “elemento de cohesión social” y “lugar de encuentro seguro, donde los niños hagan amistades y que les anime a jugar al aire libre y descubrir el valor de la unión”.

Ahora, un alma caritativa quiere completar y redondear la apuesta del Ayuntamiento de A Coruña y de los defensores del legado de Johan Cruyff con su generosidad. Para disfrute y gozo de los vecinos.