Se dice que para ganar un título, o para ser líder, hay que sufrir. Y desde luego que ayer el Liceo tuvo que sudar para doblegar, por 1-0, a un Girona muy luchador, muy concentrado y, sobre todo, con un portero que, a sus 42 años, sigue desbordando calidad y carisma. Marc Coy, con un certero disparo a doce minutos del final, fue el único capaz de batir a un Jaume Llaverola inmenso, lo mismo que el cancerbero verdiblanco, Xavi Malián, el cual también desesperó a los rivales.
En definitiva, tres puntos más para el equipo de Juan Copa, que sirven para sumar 21 en ocho jornadas. Y para volver al liderato ya que, aunque hay empate con el Barcelona tanto a puntos como a diferencia de goles (+24), los liceístas han marcado más (36 por 33) que los azulgranas.
Ya desde el principio, los verdiblancos chocaron con un Girona que jugaba con desparpajo y solidez.
La gran oportunidad de la primera parte llegó en el minuto 14, cuando Palazón fue sancionado con tarjeta azul por mover la portería de Malián. Lanzó Eduard Lamas la falta directa y se fue al palo.
Los minutos con superioridad fueron de absoluto acoso del Liceo. Eso sí, Raúl Pelícano la tuvo en una contra, quedándose solo ante Malián, que muy rápido de reflejos despejó la bola.
Poco después, Carballeira también la mandaba al palo. Fue, sin duda, uno de los jugadores que más lo intentó.
El Girona aguantó en inferioridad y no dudó en seguir atacando cuando podía, lo mismo que el Liceo. Pero el marcador seguía 0-0 al descanso.
En la segunda parte, unos y otros estuvieron pendientes de cuándo llegaría la décima falta. Los primeros que tuvieron la oportunidad de lanzar la directa fueron los visitantes, pero Malián paró el disparo de Pelícano. Minutos más tarde, fue Di Benedetto el que falló a bola parada ante Llaverola.
Menos mal para el Liceo que poco después Coy, de certero disparo que dio en el palo, anotó el 1-0. Hubo que sufrir hasta el final, sobre todo en los últimos segundos con el Girona jugando sin portero. Pero el marcador ya no se movió.