Un día la ciudad coruñesa tuvo un río que estaba formado por la reunión de los arroyos de Eirís, Elviña, Castro, Ponte da Pedra, Martinete, Pastoriza, Morás y San Cristóbal, siendo los principales el de Morás y Pastoriza, tomando los nombres por los lugares que discurría hasta desembocar por el puente de A Gaiteira al mar de San Diego. Siendo más conocido como Río de Monelos, por ser el lugar donde las lavanderas de Santa María de Oza, lavaban la ropa de los coruñeses, una labor que duró hasta el inicio de la década de 1970 en que tocó a su fin. En cuanto a sus obras hay que distinguir entre su desviación y canalización, la primera se lleva a cabo en 1905. Mediante un oficio del Gobernador civil, remitiendo a informe de la Corporación el proyecto presentado por Ángel Hermosilla, para desviar el cauce del río en el sitio denominado “La Camposa”. Su canalización empieza a ser tratada el 18 de marzo de 1936, dando lectura a una propuesta del Ayuntamiento. Se trataba de un asunto que sin haber perdido actualidad la mantiene por razones de salubridad que han fundamentado quejas del vecindario en demanda de una solución a un problema planteado desde hace tiempo.
Al citado río vierten las aguas sucias de la zona alta de Monelos y de los lugares inmediatos de los Molinos, A Gaiteira, Montes y Montiño. En el verano, las aguas van contaminadas con gérmenes patógenos, invadiendo los mosquitos y otros insectos, zonas que se convierten en lugares con grave peligro para la sanidad, pues las aguas se utilizan para riego en y para el lavado de legumbres y verduras que son traídas al mercado, dando lugar a fiebres tifoideas en la población. Su escaso caudal en el verano contrasta con el invierno en que inunda las riberas y la vega, llegando el agua a las casas que muchas veces tienen que ser desalojadas para evitar desgracias.
El peligro alcanza al puente, de donde parte un camino que tiene sufrido inundaciones. Estimando la Comisión de Obras que es preciso poner remedio a esta situación y que procede continuar su canalización como el realizado por la Junta de Obras del Puerto en el relleno de San Diego, desde la factoría de Campsa, hasta el lugar de los Molinos. Los trabajos serán costosos y el Ayuntamiento no dispone de cantidad para dicha mejora. Que una gestión eficaz cerca del ministro de Obras Públicas del diputado por la Provincia y concejal que fue de este Municipio el ilustre coruñés, Santiago Casares Quiroga, logre del Estado su ayuda para realizar la obra.
Tendrían que pasar años, hasta que de nuevo se trate la canalización por parte del pleno municipal el 5 de Octubre de 1954. La propuesta que formula la Alcaldía, sobre el río y aprobado el acuerdo para elevar al Ministerio de Obras Públicas, que adopte las disposiciones para que los trabajos de saneamiento y canalización del río de Monelos sean activados en lo posible.
De nuevo el 25 de enero de 1955, el Ayuntamiento aprueba elevar al ministro de Obras Públicas un escrito reiterando las órdenes oportunas, de que se realicen con la mayor urgencia posible los trabajos de canalización del proyecto del río. Se volverá sobre el tema en sesión del 1 de septiembre de 1956, en que la Alcaldía da cuenta de la resolución de la Dirección general de Obras Hidráulicas para aprobar técnicamente el encauzamiento del río de Monelos, cuyo presupuesto de ejecución aportará el Estado el 75% del importe y el 25% restante, lo abonará el Ayuntamiento debiendo entregar todos los terrenos necesarios para ejecutar éstas obras.
Pasarán varios años más sin concretar nada, hasta que en el pleno del 16 de octubre de 1961 se resuelve a propuesta de la alcaldía, que se acepte el proyecto suscrito el 15 de marzo de 1956 por el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, don Celestino Barros Fernández, que ha sido aprobado por orden ministerial, en fechas 11 de Agosto de 1956 y 23 de Octubre de 1957, y entregar gratuitamente a la Confederación Hidrológica del Norte de España, todos los terrenos que se hayan de ocupar. Contribuyendo en dichas obras con el 25% de su costo.
Una vez más, el 15 de junio de 1962. Se refiere la Alcaldía accidental a un artículo publicado en un periódico sobre el río, que es una lacra que padece la ciudad, a pesar de que se está luchando sin solución. Señala que el próximo lunes una cuadrilla de obreros empezará la limpieza, creyendo que dentro de 15 o 20 días se evitarán los malos olores. Añade, que han avisado de Madrid, que está próximo a salir la subasta de las obras. Que probablemente la obra se realice por tramos, aprovechándose el túnel existente en la Estación Vieja del Ferrocarril, que unirá el segundo puente de la Gaiteira con las inmediaciones de la fundición de Solórzano.
Entre los años de 1962 y 1965, se sigue tratando el asunto sobre la prioridad que hay de canalizar el río, de modo que el 17 de Diciembre de 1962 el Ayuntamiento indica que el Ministerio de Obras Públicas adjudica definitivamente la subasta de las obras de encauzamiento del río a Construcciones Varela Villamor S. A, en la cantidad de 11.223.841,88 pesetas. En la sesión del 15 de marzo de 1963 indica que entre los bienes afectados se hallan la Estación de la Coruña-Término y la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos S.A. Teniendo en cuenta estos inconvenientes, se modifique el trazado, adaptándolo al cauce y utilizando para el paso por la Estación, el pozo existente y con respecto a Campsa se adopte la sección transversal de la obra, de forma que no afecte a sus instalaciones y que se construya en sección cubierta el encauzamiento en la zona comprendida entre el puente de Monelos y San Diego. A lo que se compromete el Ayuntamiento en abonar la diferencia del presupuesto.
Finalmente en sesión del 17 de agosto de 1965. Se entera el Pleno municipal, de resolución del Ministerio de Obras Públicas, fecha 14 de julio último, por la que se aprueba definitivamente el “Proyecto de terminación de las obras de encauzamiento del Río Monelos”, suscrito en enero de 1965, por el Ingeniero don Emilio Santillán, por su presupuesto de contrata líquido de 15.199.288,22 pesetas, que supone un adicional de 3.975.446,34 pesetas, del que corresponde abonar al estado su 75%, que asciende a 2.981.584,76 pesetas, disponiéndose al propio tiempo que no se expedirá por el servicio certificación alguna con cargo al adicional, hasta tanto no se haya habilitado el crédito correspondiente y autorizado el gasto del mismo. De modo que los trazados se fueron haciendo por partes hasta su completa culminación. Hoy numerosas generaciones de coruñeses no saben que la ciudad tiene un río canalizado que un día estuvo a la vista. l