“Claro que lo notamos. Es un mes, además, en el que hay mucho turista, mucha gente de fuera más acostumbrada a utilizar ese tipo de aplicaciones y claro que lo notamos, sobre todo en las tardes y noches, en los días que hubo conciertos, los fines de semana... ahí vemos el movimiento de Uber como de Cabify”, destaca el presidente de Radiotaxi, Antonio Vázquez en relación a la actividad de los vehículos de transporte concertado (VTC) en la ciudad.
Se cumple un mes de la llegada de Uber, que se unió a Cabify –este llegó el pasado diciembre– como opción de transporte y el sector del taxi afirma sufrir sus consecuencias, criticando, sobre todo, el “limbo legal” en el que trabajan.
“Tuvimos una primera toma de contacto con el Ayuntamiento hace unas semanas y la verdad es que fueron receptivos. Pero claro, todo está pendiente de que la Xunta saque una norma que lo regule a nivel autonómico para, a través de ella, meterse un poco más en tema local”, explica Vázquez, que también entiende que agosto sea un mes complicado administrativamente, por lo que, dice, “estamos esperando a que llegue septiembre para ver si también hay Gobierno en Madrid”.
“Les explicamos lo que había y ellos mismos lo ven en la calle así que dijeron que lo iban a estudiar y actuar. Esperemos que sea poco tiempo el que les lleve”, indicó el presidente de Teletaxi, Manuel Sánchez Quindimil.
Cataluña o el País Vasco –comunidad en la que se hicieron las normas de los VTC antes de estos comenzasen a operar– son algunos de los ejemplos que ponen los taxistas para que la Xunta redacte cuanto antes un reglamento. “Así la Policía Local o la Guardia Civil sabrían cuáles son las cosas que pueden hacer y las que no porque de momento está todo en el aire”, indica el presidente de Radiotaxi.
Incumplimientos
Uno de los aspectos que más molestan a los taxistas coruñeses es el intrusismo que realizan los conductores de Uber y Cabify en la ciudad ya que, por norma, solo pueden llevar clientes cuando estos solicitaron el viaje previamente a través de la aplicación móvil correspondiente.
“Una de las normas claras que está totalmente tipificada es que no pueden estar en zonas de influencia. Nosotros, por ejemplo, no tenemos una parada propia en la Torre de Hércules que es una zona muy concurrida en estos meses y ellos están continuamente, solo hace falta estar allí un rato para verlos. Entran en el parking, si hay algún hueco se quedan un rato... Están en zonas de captación como las de ocio y turísticas con la disculpa de que están circulando”, asegura Antonio Vázquez.
Sánchez Quindimil por su parte, también apunta a la mala praxis de los conductores de VTC, ya que “su forma de trabajar no es la que consideramos correcta, Ni los taxis andan tanto a vueltas como andan ellos. No sé si eso es la necesidad, que me parece grave, o va a ser la forma de trabajar, lo cual es peor”, señala, al tiempo que apunta a que hay conductores que aparcan en las propias paradas de taxi o se hacen pasar directamente por uno de ellos ante los clientes.
Garantías
Las seguridad con la que viaja el cliente también es otro de los puntos que preocupan al sector del taxi, que ponen de manifiesto los exámenes y pruebas que tienen que superar.
“Tienes un carné de conducir, te dan un teléfono y un coche y te pones ya como servicio público, mientras que nosotros tenemos que hacer unos exámenes que consideramos que son buenos por parte del Ayuntamiento, porque somos los primeros que queremos que el que venga a trabajar en el taxi no sea para 15 días sino porque le gusta de verdad o lo necesita, que no entre por la puerta cualquiera”, indica Vázquez.