Las autoridades han detenido al sospechoso de una ola de robos en bancos de A Coruña y el área metropolitana. Es un único individuo, de origen extranjero, que se había hecho con miles de euros a punta de pistola. El individuo mediría unos 1,75 metros, llevaba vestimenta oscura y una gorra en la cabeza. Fue arrestado en una operación conjunta de la Policía Nacional y de la Guardia Civil minutos después de que diese su ultimo golpe, en la sucursal de Caixabank situada en la ronda Nelle, pasada la una del mediodía. El arresto se produjo en Perillo y se desconoce cuánto dinero consiguió en su último botín, que ahora se ha convertido en otra prueba de cargo.
En el largo historial de este individuo se acumulan cuatro atracos en ocho meses, entre los que figura el Targobank de la calle de Juan Flórez o el de Miño a mediados de enero. Como empezó su ola de crímenes robando en sucursales de la ciudad, la investigación correspondió a la Policía Nacional, pero no hubo grandes progresos en las pesquisas hasta que cometió el atraco en Miño. Como esta localidad se halla en la jurisdicción de la Guardia Civil, se hicieron cargo del caso los expertos del Instituto Armado.
El suceso ocurrió a primera hora de la mañana en una oficina de la calle de A Carreira, en la misma vía que la casa consistorial, cuando el hombre entró a la entidad y, con un móvil en una mano y un arma en la otra, amenazó a los allí presentes y consiguió llevarse un botín de unos 4.000 euros. De su anterior golpe, el de Targobank, habría conseguido llevarse 5.000, según fuentes no confirmadas. El 8 de junio habría asaltado la sucursal de la Caixa Rural Galega, situada en el cruce de la calle Betanzos con la de Rosalía de Castro, haciéndose con cerca de diez mil euros.
Modus operandi
En todos los casos habría actuado de la misma manera: en solitario y embozado. Entraba en la sucursal a media mañana, en un momento en el que había pocos o ningún cliente, se dirigía al mostrador, exhibía el arma y exigía que se le entregara todo el dinero disponible. La fuga la realizaba siempre a pie, para perderse por las calles adyacentes, aunque en el atraco de Miño los testigos aseguraron que hablaba por el móvil, lo que podría significar que tendría un cómplice.
Habría sido tras este golpe cuando se pudo identificar al sospechoso, lo que habría permitido su posterior detención ayer en Perillo. Fuentes del Instituto Armado señalaron la “inmejorable labor de la unidad especializada en atracos y crimen organizado”. En todo caso, el detenido fue trasladado a la Comisaría de Lonzas y recluido en sus calabozos, a la espera de su puesta a disposición judicial, que debería tener lugar en los próximos días.