Hace unos seis millones de años, el mar Mediterráneo se evaporó parcialmente. El resultado: la acumulación de más de un kilómetro de sal, un descenso del nivel del mar de cerca de mil metros y una reducción de la presión del agua sobre la litosfera que causó un aumento de la actividad volcánica en la zona.
Estas son las principales conclusiones de un estudio internacional liderado por Pietro Sternai, de la Universidad de Ginebra (Suiza) y del que formaron parte numerosos investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El estudio, publicado ayer en la revista Nature Geoscience, recuerda que el aumento de la actividad volcánica del Mediterráneo se registró durante un episodio prehistórico conocido como la “crisis de Salinidad del Messiniense” hace unos 5 o 6 millones de años.
En ese periodo, un levantamiento tectónico de las cordilleras Bética (sur de la Península Ibérica) y Rifeña (norte de Marruecos) aisló el Mare Nostrum del Atlántico, lo que provocó la desecación parcial de este mar que se convirtió en una gran salina.
El testimonio de ese período se halla en los sedimentos profundos del Mediterráneo, donde se ha encontrado una capa de sal de hasta 2 kilómetros de grosor, consecuencia de esos ciclos de evaporación del agua, concentración y precipitación masiva de sal.
De hecho, muchos de los importantes yacimientos de hidrocarburos descubiertos en el Mediterráneo en las últimas décadas deben su formación a esa capa de sal, explica el CSIC en una nota.
El objetivo del estudio era determinar por qué durante el periodo Messiniense tuvo lugar un aumento de la actividad volcánica en la cuenca mediterránea, algo que hasta hoy nadie había podido explicar.
“Según nuestros cálculos, un descenso del nivel del mar de alrededor de un kilómetro podría explicar ese pico de actividad volcánica como resultado de la descompresión inducida en la litosfera terrestre por la reducción extrema del peso del mar”, afirma Daniel García-Castellanos, geofísico del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC) y coautor del trabajo. Según explica el científico García-Castellanos, la reducción por evaporación del volumen de agua causa una menor presión en la litosfera.
Estudios anteriores en diversas zonas donde se fundieron masas importantes de hielo debido a su deglaciación sugieren que esa descompresión conlleva un aumento de la actividad volcánica, dado que el magma acumulado en la corteza y el manto superior terrestre se hace más fluido y se abre paso con mucha más facilidad hacia la superficie de la Tierra.