La Feria de Monterroso, otra manera de vivir el Día de Difuntos

La Feria de Monterroso, otra manera de vivir el Día de Difuntos
GRA118. MONTERROSO (LUGO), 01/11/2014.- Una mujer vende productos típicos en la tradicional Feira dos Santos de Monterroso, un modo diferente de conmemorar el Día de Difuntos, y una cita en la que es posible adquirir bisutería, ropa,

Miles de personas se acercaron ayer al municipio lucense de Monterroso, con motivo de una nueva edición de su tradicional Feira dos Santos, un modo diferente de conmemorar el Día de Difuntos y una cita festiva en la que es tan posible adquirir bisutería, ropa y maquinaria agrícola, como degustar una buena ración de pulpo a la gallega.
Considerada como la feria de las ferias, su origen se remonta al medievo, cuando este mercado funcionaba como un punto de encuentro en el que se concentraba un abultado número de ganado caballar y mular, procedente de toda la comunidad, antes de ser trasladado a Castilla para el cultivo de los campos.
Actualmente esta convocatoria suma tradición y modernidad, y cada año hay más público disfrutando del millar de puestos de venta ambulante.
La feria de ganado quedó abierta a las ocho de la mañana y durante toda la jornada se sucedieron exhibiciones de caballos de andadura, trote y galope.
Al margen de la exhibición caballar, la Feira dos Santos volvió a demostrar que se mantiene como referente del gran mercado de los productos de temporada, que en estas fechas van desde los quesos hasta las castañas, pasando por las nabizas y la miel.
Todo ello sumado al medio centenar de casetas de pulpo distribuidas por la superficie ferial, donde este suculento manjar se mezcla con aperos de labranza, ropa, calzado, artesanía, flores y casi cualquier objeto.
La estampa de lo antiguo junto a la novedad da lugar a escenas curiosas, como la de un hombre que compró unos kilos de castañas calculando el precio con un móvil de última generación, mientras el vendedor, de avanzada edad, hacía lo propio con una calculadora que podría considerarse una reliquia, al igual que la pesa que empleó.
Los licores están a la última en esta romería con más de quinientos años de historia, al menos en lo que a leyendas se refiere.
Originales botellas con mensajes como ‘Folla, come y bebe que la vida es breve’, ‘Con amor y aguardiente nada se siente’ o ‘A cabeza non para’ animaron a los asistentes a disfrutar de los distintos brebajes, como el licor café o de hierbas, siempre desde la moderación.
Algo que parece no haber cambiado a lo largo de estos años es el ambiente de jolgorio y las ganas de encontrarse con los amigos y compañeros en las carpas del medio centenar de pulperías que se distribuyen por las calles de Monterroso, un auténtico hervidero de gente.
Este es uno de los principales atractivos, y la prueba palpable es que las ollas empiezan a calentarse a primera hora de la mañana y no paran hasta bien avanzado el día.

La Feria de Monterroso, otra manera de vivir el Día de Difuntos

Te puede interesar