La contratación de trabajadores en el sector de la hostelería cayó en el mes de enero un 77,7 por cient interanual, ya que se pasó de los 280.825 contratos de enero de 2020 a los 62.572 firmados el mes pasado.
Según los datos actualizados ayer por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), la mayoría de los contratos de la hostelería se suscribieron en el ámbito de los servicios de comidas y bebidas, con 56.993, un 72,7 por ciento menos respecto a los 208.952 de un año antes.
Mayor fue el retroceso en los servicios de alojamiento, que en enero hicieron 5.579 contratos, cuando en el mismo mes de 2020 se habían firmado 71.873, lo que supone una caída del 92,2%.
Son las actividades más afectadas por el impacto económico de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, que en enero se encontraba en plena tercera ola con numerosas restricciones administrativas en buena parte del país, sobre todo para el sector de la hostelería.
En términos generales, la contratación laboral (aunque se fue recuperando desde el mínimo marcado el pasado mes de abril) todavía se encuentra un 26,2% por debajo de los niveles previos a la pandemia, con 1,3 millones de contratos suscritos en enero de 2021, frente a los casi 1,8 millones de enero de 2020.
Estas cifras de enero suponen devolver la contratación a niveles de enero de 2014 (1,26 millones) y de 2015 (1,37 millones), los dos primeros años de crecimiento del empleo tras el final de la crisis financiera.
En todos los sectores se contrajo la contratación en el primer mes del año, aunque fue en los servicios donde se registró la mayor caída interanual, del 34,2 por ciento, hasta 711.214 contratos. Le siguió la construcción, con un descenso del 22,4 por ciento anual, hasta 83.703 contratos.
En la agricultura se firmaron 272.398 contratos, un 11,9% menos que un año antes, mientras que en la industria se hicieron 183.721 contratos, un 5,35% menos que en enero de 2020.
Temporalidad
No obstante, lo que no cambia es la temporalidad, ya que nueve de cada diez contratos firmados siguen siendo temporales, aunque bajó ligeramente la proporción de los contratos que duran una semana o menos.
En enero de 2020 uno de cada cuatro contratos (25,9 por ciento) tenía una duración igual o inferior a siete días, mientras que en enero de 2021 esa proporción ha bajado a uno de cada cinco (20 por ciento).
Estos contratos de muy corta duración fueron 260.000 de los poco más 1,3 millones firmados en enero de 2021, cuando un año antes eran casi 460.000 de los cerca de 1,8 millones de contratos suscritos.
Por su parte, en la última rueda de prensa ofrecida sobre desempleo y afiliación mensual, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, destacó que los niveles de contratación iban regresando a la normalidad, aunque reconoció que seguían cargando con el “lastre de la precariedad”, ya que solo el 8,6 por ciento de los contratos del pasado enero fueron indefinidos.
Los sindicatos de Comisiones Obreras y UGT destacaron que la precariedad sigue siendo la norma en la contratación, dominada por las modalidades temporales, lo que supone una inestabilidad laboral para el grueso de las personas contratadas.
Ambas centrales sindicales siguen exigiendo la derogación de la reforma laboral del año 2012, que consideran la principal responsable del aumento de la precariedad en el trabajo y con ese propósito, entre otros, movilizaron la semana pasada a sus delegados sindicales por diversas ciudades de todo el país.