Más de 150.000 coruñeses y coruñesas acudieron a las urnas el pasado domingo. Más allá de la papeleta que hayan escogido, todos los democrátas de la ciudad debemos de estar de acuerdo a la hora de felicitarles y sentirnos orgullosos por el magnífico dato de participación del 28-A. Porque envía un mensaje plural de gran alcance, que además resulta especialmente feliz para aquellos que creemos en una sociedad igualitaria, feminista y de progreso. Así, como candidata del Partido Socialista a las elecciones municipales que tendrán lugar en tres semanas, agradezco una a una a las 49.567 personas que confiaron en nuestro proyecto: el del PSOE, el de Pedro Sánchez y el que además, en clave local, tendrá ahora como voz en Madrid a dos figuras tan brillantes como el diputado Pablo Arangüena y la senadora Obdulia Taboadela. En unas elecciones decisivas, en las que nos jugábamos nada menos que frenar a la extrema derecha, el PSOE ha vuelto a revelarse como el dique contra cualquier retroceso y también el partido de gobierno en el que confiar a la hora de darle impulso a las políticas sociales, las mismas que reivindicamos en las calles de la ciudad este 1 de mayo.
Precisamente, solo 24 horas después de esa jornada, el Partido Socialista soplaba las velas de nuestro 140 aniversario. Imposible entender todos los avances de casi el último siglo y medio sin hablar de un partido que siempre se ha posicionado de parte de las mayorías sociales, de nuestros jóvenes y mayores, de un Estado del Bienestar que el neoliberalismo quiso derruir pero que sigue siendo –en su formulación socialdemócrata y europeísta– la opción más segura a la hora de defender con solvencia los intereses de las personas, tal y como demostró el gobierno (con más mujeres que nunca) de Pedro Sánchez, que en solo diez meses fue capaz de revertir gran parte de las políticas antisociales impuestas durante siete años por el Partido Popular. Pero esto sigue. En las municipales. Se ha abierto un periodo de esperanza del que no puede quedar descolgada A Coruña.
Soy consciente de que los resultados de unos comicios generales marcan tendencia pero no se pueden trasladar en su integridad a los locales. Y todavía estoy más segura de que la democracia y los avances nunca son flor de un día, sino que hay que regarlos minuto a minuto, también en cada convocatoria electoral. El tren de la izquierda útil, de la fiabilidad en el gobierno, de la igualdad de oportunidades, de las políticas urbanas sostenibles, está en marcha. Tras ocho años de empantanamiento, es la hora de A Coruña, ciudad líder que ha perdido empuje pero que los y las socialistas estamos en disposición de volver a impulsar. Hartos de las discusiones partidistas que tanto gustan a Marea y PP –incapaces de cumplir con la ciudad desde la Xunta o el Concello, como hemos padecido en Santa Lucía o la Intermodal– toca apostar por el diálogo, la responsabilidad, la escucha a los vecinos. Son valores que en A Coruña, así se percibió en las urnas hace una semana, representa el Partido Socialista.
Seguimos sin saber a quién votó el alcalde de nuestra ciudad el 28-A, circunstancia inédita e inaudita. Se ha puesto de perfil, algo que el PSOE lleva 140 años sin hacer. Tampoco en A Coruña. Seguiremos trabajando por la ciudad los próximos cuatro años. Si ustedes así lo deciden, desde el gobierno local. Y desde el estatal y, próximamente, el gallego. Humildemente. Será para bien de todos y todas, se lo garantizo.