El lunes pasado presenciamos la primera aventura musical de Abanca, en la que se sucedieron músicas variadas de América y España con un nexo común: la unión y reunión de las personas allí presentes y la apertura del espacio sonoro de Palacio a nuevas influencias y corrientes. No se necesitan disculpas para reunirse en torno a la música, pero no está de más rendir culto a esta formidable orquesta que nos hemos permitido los coruñeses.
Christian Vásquez dirigió la “Suite No 2” de El sombrero de tres picos, de Falla y el “Concierto de Aranjuez” del maestro Rodrigo, con Pablo Sainz Villegas como solista. En la segunda parte, “Estancia”, de Ginastera, “Danzón No 2”, de Márquez, “Mambo” de West Side Story, de Bernstein y el mítico “Tico-Tico” de Zequinha de Abreu. El programa, seleccionado con buen pulso, consiguió las delicias de un público que, en algunos casos, pisaba por primera vez el Palacio.
Si bien es justo decir que Vásquez logró mejores objetivos artísticos en la obra americana, no desencajaron sus interpretaciones de Falla y Rodrigo, a pesar de ciertos desajustes en el equilibrio sonoro de Falla, pues percusión y metales sobreviraron con cierta insistencia por encima de las secciones de cuerda. Bien el acompañamiento en Aranjuez, aunque en Villegas no encontramos un planteamiento musical a la altura de las expectativas y de la Orquesta que tenía detrás. Reconociéndole buen oficio en lo tocante a seguridad, no convenció el tipo de sonido de su Mathias Damann: obscuro, falto de armónicos y con cierto componente plástico, debido en parte al nómex de la tapa armónica y en mayor parte a sus uñas. De bis ejecutó la “Gran Jota” de Tárrega, una obra que circuló largo y tendido entre primer y quinto grados, con esporádicas inversiones armónicas. Mucho circo y poco pan.
A partir de aquí, el concierto alcanzó cotas de interés elevadas y, entre lo mejor, la obra de Márquez y el Tico-Tico. Esperamos más ediciones con Chávez, Ponce, Villa-Lobos, y un largo etcétera de magníficos compositores del otro lado del Océano, porque el éxito estará garantizado.