Ya se ha dicho de todo, chistes incluidos, sobre la venta de la sede de Génova como como acto de contrición pero es cierto que eso lleva incluida la confesión y el propósito de enmienda. Lo primero no quedó muy claro y el tiempo confirmará lo segundo.
Lo que necesita ahora y de una vez por siempre, es el camino hacia el centro tantas veces iniciado y nunca concluido. Y para eso es necesario que los hechos demuestren las buenas palabras. Romper la foto de Colón y dejar a la derecha más extremada que camine sola –hasta Fraga lo hizo. A su derecha tenía a Blas Piñar y de allí, según propia confesión, consiguió arrancar a un buen número de seguidores que se sumaron a su cartel. Incluso, y ahí está la historia, Fraga y su equipo, pescaron en las filas de la UCD cuando esta saltó por los aires.
El PP más que muebles y oficinas tiene que cambiar a buena parte del personal que le rodea. Lo hizo ya con Álvarez de Toledo y no sería malo, según dicen “por bajinis” muchos de sus barones, apartar a su segundo que, de verdad, se parece más a los portavoces de Vox que al estilo que predica, pero no practica.
Y luego tiene que ofrecer un programa creíble y pegado al terreno. Para la ciudadanía. Entrar de lleno en los problemas que tienen sus votantes y el resto de los electores, como la necesidad de mejorar la sanidad; promover unas leyes que protejan el medio ambiente, iniciar una campaña que facilite vivienda –compra, alquiler– al alcance de los medios de los sectores más necesitados.
Reencontrarse con la España actual donde en muchos lugares los sentimientos patrios están más unidos a su territorio que a la patria que quiere el PP que lleva, según algunas de sus declaraciones, a una centralización encubierta que ya no es posible. Muchos recordamos la campaña en la calle, de Rajoy y Aguirre en contra de los productos catalanes y que sin duda fue alejando de las urnas, ya entonces, a un buen número de antiguos votantes.
En algunos mentideros de la capital del reino se asegura que si el cambio no se nota, son muchos los barones que tienen la vista puesta en Galicia con Alberto Núñez Feijóo como próximo componedor del partido. Resumiendo: en año santo o sin la intercesión de los santos, la peregrinación del Partido Popular puede empezar aquí.
Quevedo dijo algo así como “no mejora su estado quien muda de lugar pero no de costumbres”.