ULTRAS, FÚTBOL Y BARBARIE

La muerte vuelve al fútbol. Lo hace en los aledaños de un estadio de futbol. Donde la pasión por unos colores y por la magia del deporte se tiñe sin embargo de sinrazón, de locura, de embriagamiento brutal por la violencia, el radicalismo y el vandalismo. Catorce años después un hincha de un equipo de futbol vuelve a morir a escasos metros del estadio Vicente Calderón.
Toda una orgía de violencia y destrozos, de brutalidad humana cuando la idiocia del ser humano toma su cerebro. Algunos dicen que habían quedado para este espectáculo que nos degrada y mata como seres humanos. No lo sé si es cierto o no. Más de doscientas personas involucradas y los llamados “ultras” de estos dos equipos más algunos otros de otros equipos de la capital han participado en la irracionalidad, en la mezquindad, en la ceguera más absoluta pero a la vez más absurda.
No es nueva ni de hoy la violencia entre aficiones de clubes de fútbol. Casi una decena de muertos a lo largo de los últimos treinta años. Lo peor del deporte. Lo más mezquino y lo más antideportivo que existe. Una vida truncada por nada. Absolutamente por nada. Puesto que nada hay que justifique lo que sucedió este trágico domingo de no fútbol sino de violencia, barbarismo y tragedia. Una tragedia buscada y de irreparables consecuencias. Ahora que algunos sigan alimentando y permitiendo a los radicales dentro de los campos. Eso sí, estos no llenan palcos.

ULTRAS, FÚTBOL Y BARBARIE

Te puede interesar