Somos ciudadanos al borde de un ataque de nervios mientras ellos se miran el ombligo: su partido, la cartera, sus fobias y filias. Y ahí están. A lo suyo.
¿Qué recontra hicimos para merecer esto? Recapitulemos : hubo un tiempo en que se negoció un gobierno a tres, bajo la égida del PSOE que pactó –eso está en las hemerotecas– hasta un 85% del programa con Ciudadano, que se presentaba de centro izquierda liberal y al tiempo se procuró el voto de Unidos Podemos que estaba a su izquierda.
El PP quedaba excluido por un lado y por otro se situaba en la derecha. Y es que a su derecha no había nada…
Aquello acabó como se sabe y conocemos quienes fueron los culpables. Unos al jugar con dos barajas y los otros al pedir el cielo. En las nuevas elecciones el PSOE volvió a ser el partido más votado y la izquierda (el grupo que planteó y ganó la moción de censura) parecía la solución para llegar a lo que muchos ciudadanos pedían: un gobierno que pusiera del revés las políticas y los modos de la derecha.
Y lo penúltimo un remarque de Gila al teléfono. Sánchez pese a oír hasta cien veces que ni PP ni CS, ni por supuesto Vox, apoyarán su candidatura se monta una tournée telefónica donde incluye a los suyos que le ponen a para pedir y al tiempo busca ayudas a su izquierda.
A lo que la derecha llama separatistas, comunistas y ex terroristas. Es inútil recordar que se trata de partidos legales, aprobados por la Constitución, la mayoría de claro signo progresista y de pedigrí de izquierdas, que acataron la Constitución y abandonaron toda clase de violencia, pues en caso contrario no hubieran sido legalizados.
Y si echamos la vista atrás nos encontraremos con los “siete magníficos de Fraga”, vestidos entonces de camisa azul y al señor Aznar pidiendo el NO a la Constitución. Y llegados al final de esta reflexión, que es información y no opinión, se monta el belén.
Los de Cs, que ya estuvieron a punto de firmar con PSOE y UP, ahora ya no quieren. Los del PP que piaron por darle el poder a la lista más votada, ahora reniegan de sus antiguas propuestas.
Dentro del PSOE los llamados “jarrones chinos” ponen chinitas en el camino y los republicanos de izquierda viven otra galaxia. Y nosotros ¿Qué puñetas hacemos ahora?