Este año no hubo cabalgata de Reyes Mago. Ahora somos republicanos y laicos. Sin embargo para que la grey infantil disfrutase y los mayores recibiesen regalos, se organizaron comitivas antisistema. Acompañadas de séquitos estajonovistas sustituidos los rasgos orientales por brisas siberianas. Añadan a eso oligarcas de aldea secesionista protegida por garrote y tentetieso...
Dejaron muchos obsequios en balcones institucionales y en los zapatos abrillantados de nuestros mandamases. Recordemos algunos como ejemplo ilustrador. Así al presi Rajoy –perseguido y acosado por los suyos y los otros– la capacidad de levitar para gobernar toda la legislatura aprobando los presupuestos y otras leyes.
En la sede de Ferraz –gestora numantina de Javier Fernández– un remedio de Fierabrás para pegar los pedazos de un PSOE que la soberbia ambiciosa de dirigentes –Pedro Sánchez, obsesivo por ocupar La Moncloa y Susana Díaz, sultana andaluza, por la Secretaría General– han hecho añicos. Un cielo de sosiego para los casposos Pablo Iglesias y Errejón, determinando cuál de los dos es insustituible en la dinámica soviética de Podemos y que dejen de dar el latazo al resto de compatriotas.
Una fotocopiadora y un fax al ciudadano Albert Rivera y que deje de organizar como deben funcionar y actuar los distintos partidos. Un montón de camelias para el neno labrego Feijóo por su equilibrio en la gobernanza de Galicia, firme al timón de la Xunta e impulsando su progreso y estado de bienestar.
Un gran pacto, formalizado por la Corporación Municipal y Autoridad Portuaria, respecto a la venta de inmuebles y suelo en orden a conseguir financiación para el puerto Exterior de Punta Langosteira.
Un impulso febril para que nuestros ediles haga algo –AVE, estación intermodal, potenciación de Alvedro, Lavedra, etc.– por la urbe.