Ironía significa “disimulo o ignorancia fingida” y también “hacerse el ignorante”.
Mediante la ironía se da a entender algo muy distinto o, incluso, contrario a lo que se siente, dice o escribe. Esta actitud puede obedecer a un falso alarde de humildad o al reconocimiento sincero de que cuanto más conocemos más reconocemos lo mucho que nos falta por conocer.
Ser conscientes de que lo mucho que sabemos es mucho menos de lo que nos falta por saber, es la característica del sabio, que es muy consciente de lo mucho que ignora en relación con lo poco que conoce. Esta condición es la que aflora en la figura cimera de Sócrates, que en un alarde de modestia, llegó a afirmar “yo bien sé que no sé nada”. Pero, además, a este gran pensador de la Antigüedad se debe el honor de haber sido el primero que planteó el problema del “conócete a ti mismo”, frente a los presocráticos, que discurrían sobre la naturaleza del mundo exterior.
La actitud de Sócrates encierra una gran dosis de ironía en la que se basa su método dialéctico, para encontrar la verdad a través del reconocimiento de la propia ignorancia.
Ante esa actitud de búsqueda de la verdad, el cinismo, después de unos primeros pasos rechazando la riqueza y los bienes materiales, se asocia, actualmente, a no creer en la bondad y sinceridad del género humano. El cinismo se caracteriza “por fingir ser una persona distinta de la que se es”. Se le ha comparado con el hipócrita, que se vale de la “simulación” y el “disimulo”. La primera consiste en mostrar lo que se desea que se vea y lo segundo en ocultar aquello que no se desea que se vea. El cínico miente con descaro, el hipócrita lo hace fingiendo lo contrario y procurando no descubrir sus propósitos.
En la Antigua Grecia el hipócrita era un actor teatral, sin ningún tipo de connotación negativa, es decir, “fingir ser persona que no era”. Y esta es la significación que tiene actualmente, o sea, representar un comportamiento en la vida que no se corresponde con su verdadero carácter e intención.
Para la Real Academia Española, “hipocresía” es el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
La hipocresía, decía Moliere, es “el colmo de todas las maldades” y Aristóteles afirmaba, que “no se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. De ahí, que sea más fácil ser cínico que hipócrita, porque el primero no disimula su descaro al mentir y el segundo trata de ocultar y disimular sus intenciones.