La Filosofía, materia troncal

Mi hijo Juan, Cotonio para mí, está de enhorabuena. El Parlamento de Galicia aprobó por unanimidad una proposición de ley, presentada por todos los grupos de la Cámara, destinada a la que la Xunta adopte las previsiones necesarias para incluir como materia en bachillerato la Historia de la Filosofía. Magnífico mensaje para futuros estudiantes retransmitido por una mujer disfrazada de erudita pensadora en la balconada pública del hemiciclo. Pese a los antagonismos irracionales de algunos tuiteros de vía estrecha, aprendices de analfabetos premiados con calificaciones inmerecidas, el pensamiento humano desde sus orígenes a nuestros días nos aporta un arma de notable importancia para formarnos. Tremendamente lógica. Con significados, ideas, vocabularios, plataformas y sentido común para manejar nuestra cultura. Ahí subyace la alegría de mi hijo por haber recuperado tal horizonte dentro de los varios títulos académicos que ostenta y la profesión que ejerce. No obstante, entra todos ellos, aun cuando solo lo demuestre coloquialmente están sus estudios universitarios de Filosofía.

Ama el saber. Prepara el viaje al otro barrio. Viste su sentido común con traje de etiqueta. O si queremos obedece a Séneca: “es esclavo de la filosofía, porque quiere ser libre”. Después de todo el materialismo hedonista actual hay movimientos culturales con figuras que, emergiendo del caos, los promueven y dan vida: filosofía, sociología, política, historia, religión, progreso técnico. Unidad ambiental y responsabilidad asumida. La nueva asignatura, pese a su aparente inoperancia, constituirá un camino desde el idealismo real hasta su independencia dependiente. Por eso Leibniz y Kant, verbigracia, pueden indagarse en sus componentes latinos o estudiarse desde sus bases germánicas… Podríamos añadir que para un podemita coletudo únicamente vale el mensaje comunista, lo demás es reacción burguesa, filosofía muerta...

La Filosofía, materia troncal

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