A perro flaco…

Con la Agencia Tributaria, vía Tribunal Supremo, hemos topado. Pese a las gestión excelente y encomiable del Consejo de Administración presidido por Tino Fernández-sacrificios, renuncias y entregas-, el R. C. Deportivo de La Coruña mantiene y acrecienta la deuda contraída con el tesoro público. Ahora los pontífices máximos dan la razón a Hacienda y la consideran crédito privilegiado. Una nimiedad. Para que me entiendan lisa y llanamente, aunque lo explicó Carlos A. Fernández en nuestro periódico, nos arrancaron de la Unidad de Cuidados Intensivos-treinta milloncejos de nada-y trasladaron a planta con subidón de calentura que se dispara a los cincuenta y dos. El Presi y sus muchachos hacen cábalas, estudian salidas, buscan opciones para caminar renegociando el convenio con los secuaces de Montoro o refinanciando la deuda social a través de una entidad bancaria. 
De cualquier forma son muchas grietas para reparar una contextura tan frágil. Desde su toma de posesión estos esforzados de la causa han recibido golpes hasta en el carnet de identidad. Aunque sepa que Hacienda somos todos-algunos más que otros-, tampoco ignoro que los que no me destruye me hace más fuerte… Hombre, yo preferiría menos heroicidades y mantener una vida plácida y serena; sin embargo, nos dominan altibajos cuando parecía que alcanzábamos buenos resultados deportivos. Pero ha venido un aprendiz de brujo judicial para derribar con sus encantamientos lo conseguido por mil Sísisfos subiendo la piedra a la cima…
No obstante, con la fuerza telúrica de un dios resucitado, sobre el altar para el sacrificio de Isaac, Tino Fernández alza su mirada al infinito y cree contra toda esperanza en un amaño de la situación. El Depor no puede morir y los inspectores del edificio de Comandante Fontanes tampoco pueden renunciar a cobrar una suma tan importante que pertenece a los contribuyentes. 

A perro flaco…

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