Le alabo el intento a los responsables de las campañas de las elecciones del domingo; que conste. Esa profusión de mítines, charlas, paseos, visitas, entrevistas, repartos de propaganda, besos y apretones de manos. Admirable, de verdad. Donde no llegan los políticos lo hacen los carteles del partido. Y esa megafonía sobre ruedas que no deja un rincón libre de consignas.
La estrategia no era mala. Ha funcionado otras veces. Bombardearnos con una información hasta conseguir que nos importe. Dar por sentado que el tema nos interesa y tratarnos como a seguidores incondicionales. Haciéndonos partícipes. Integrándonos en el grupo. Lo malo es que con según qué cuestiones hace falta una base para poder construir la afinidad. Y en el tema político, las elecciones europeas son la hermana fea a la que nadie quiere sacar a bailar.
Por más que se esfuercen en recordarnos que Europa –como Hacienda– somos todos, nuestra zona de confort es de ámbito reducido. Pensamos en clave local, autonómica o nacional. A partir de ahí, todo nos queda lejos. O sea, que somos europeos, pero poco. Lo justo para recibir subvenciones con las que construir autopistas. Que dediquemos un minuto a decidir qué papeleta meter en la urna y nos tomemos la molestia de ir al colegio electoral es pedirnos demasiado. Especialmente, cuando a duras penas sabríamos explicar cuál es la función de los eurodiputados.
No se tomen los estrategas, asesores y demás elenco político como algo personal si el domingo preferimos ir de paseo o entregarnos al sofá –las nubes decidirán– a ejercer nuestro derecho al voto. Han hecho lo que han podido. Se han ganado el sueldo, de verdad. No es por ellos, es por nosotros. Que tenemos cubierto el cupo de interés electoral. Y que seguimos teniendo conciencia de país, no de órgano comunitario. Entiendan además, que la competencia era dura. Las ocurrencias de Arias Cañete o las molestias de Cristiano Ronaldo. La preparación de Elena Valenciano o la ausencia de Diego Costa. Entiéndannos. Este fin de semana somos europeos. Pero de los que ven la final de la Liga de Campeones.