Isabel Zendal versus Ana González

Hay tópicos que quiebran nuestro equilibrio diario. El feminismo y el machismo han hecho estragos al progreso de las interrelaciones personales. La mujer sumisa, en casa y con la pata quebrada; el hombre pavoneándose y dueño de la calle. De ahí que las intercomunicaciones varón-hembra se planteen como batallas imposibles de comprender en el mundo actual, aunque la tozudez terrorista de la violencia de género descubra psicópatas un día sí y otro también… No obstante, palpita un cordón umbilical donde inciden nuestras mujeres en civilizaciones y pueblos. Espíritus selectos que mueven los hilos del avance científico. A ser más amigo de la verdad que de Platón, habría que añadir la profesión de comadrona. Ayudar al nacimiento de la formación educativa e investigadora que avanza silenciosa en el tiempo: Madame Curie, María Cöppert-Mayer, Rita Levi-Montalcin etc.
Así el convenio de colaboración Ayuntamiento-Universidad al objeto de avanzar en la idea de nuestra ciudad como plataforma de conocimiento en los desarrollos actuales. Ámbito académico, docente e investigador. Por consecuencia de esta función retadora ha sido creada la Cátedra de Divulgación Isabel Zendal en homenaje a la enfermera herculina que atendió a los hospicianos que transportaron en sus cuerpos, desde nuestro puerto, la vacuna de la viruela en expedición dirigida por Francisco Javier Balmis –siglo XIX– para erradicar esta enfermedad en territorios españoles de ultramar. Pero esta planificación resultará inútil si faltan medios y educadores para llevarlos a cabo. Tal la catedrática Ana González Tizón que va a dirigirla. Capacitada, pragmática, investigadora, didáctica, tesonera e imaginativa. Apta para abrir mil caminos. Isabel Zendal versus Ana González Tizón. Docta enfermera por humilde catedrática. Si queréis, mejor, una Antígona –científica y espiritual– revestida de libertad, de dignidad humana y de conciencia personal.

Isabel Zendal versus Ana González

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