Este verano, las playas coruñesas serán accesibles a todos los públicos, sin importar sus problemas de movilidad o discapacidades. Por lo menos, los más importantes. La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, presentó ayer en el arenal de Oza los trabajos que se llevarán a cabo entre los que se incluyen las mejoras en el pavimento, la instalación de rampas y grúas.
Las actuaciones en Riazor, Santo Amaro y Oza se dividen en dos partes. En el primero se mejoran los paseos circundantes para garantizar la accesibilidad y las plazas de aparcamiento para discapacitados se instalarán más cerca. En Oza, donde es necesario desplazarse un trecho antes de llegar al arenal, se mejorará el asfalto para que pueda transitar más fácilmente una persona en silla de ruedas. En San Amaro, el aparcamiento se situará junto al Club del Mar, dado que allí el desnivel es menor. En Riazor, el punto de accesibilidad estará en el acceso que está a la altura de la calle de Eduardo Pondal, donde se reservará un espacio para que estacionen los conductores con diversidad funcional que se dirigen a la playa..
Equipamiento
En una segunda fase se atenderán las necesidades de los usuarios de los arenales en cuanto a equipamiento: duchas, aseos, hamacas y andadores adaptados, con sillas y muletas anfibias. En Oza, además, se instalará una fuente adaptada, una pérgola y una grúa para facilitar a los socorristas trasladar al usuario de la silla de ruedas a la anfibia.
También se mejorarán las pasarelas de madera añadiendo esmaltes a los bordes para que destaquen más y se prolongarán con una pasarela de poliéster desmontable para la zona intermareal, para completar el camino hasta el agua.
La concejala señaló que los trabajos finalizarán en cuatro meses: “O Goberno de Inés Rey é sensible e busca que non haxa barreiras non só nas praias, tampouco nos parques e nas rúas. A mobilidade da que fala a alcaldesa é sustentable e igualitaria. É unha mobilidade integradora”.
“Prácticamente imposibles”
Con Fontán se encontraba Francisco Carreira, el asesor de movilidad de Grumico, consideró que “este tipo de proyectos es de agradecer. Este tipo de obras permite el acceso a todos, y nadie puede negar que bajar por una rampa es más cómodo que por unas escaleras”. Pero reconoció que algunas playas coruñesas son “prácticamente imposibles” de convertir en accesibles. Por ejemplo, As Lapas.
“Ahora si queremos a la playa, tenemos alternativas”, señaló Carreira, que explicó que otros aspectos como la señalización, son importantes, sobre todo para ciegos o sordos, que puedan enterarse de peligros en el mar o localicen los accesos. l