Los vecinos de O Ventorrillo denuncian la necesidad de arreglar el firme de la plaza de Salvador de Madariaga, sobre todo en la parte que da acceso a los aseos públicos que allí se localizan.
Aseguran que, además del mal estado del suelo y las baldosas, hay una tapa de registro rota, que “podría provocar un grave accidente, ya que cuando hay charcos, puedes pensar que es seguro pisar ahí y llevarte un susto”, sostienen los residentes en esta zona de la ciudad.
Esta petición ya fue trasladada al concejal de Infraestructuras, Juan Díaz Villoslada en diciembre, por lo que creen que “al menos se debería parchear de manera provisional para que al menos no haya peligro de tropezones y caídas”.
Es por ello que, desde la entidad vecinal se han vuelto a poner en contacto con la Concejalía para solicitar que, “ya que están preparando una zona para aparcar las bicicletas justo delante de nuestro local, que los mismos obreros pasen a echar un poco de cemento y que ya no suponga un peligro para las personas que van a los baños”. Una actuación que, tal y como explica, sería “sencilla y eficiente”, al menos de forma temporal. Este no es, sin embargo, el único aspecto a revisar en O Ventorrillo. La doble, e incluso triple fila de coches es ya una costumbre en la calle de Monasterio de Caaveiro, a la altura del número 40-42.
La doble fila
“Es un caos circulatorio que impide maniobrar en condiciones a una ambulancia”, sostiene, a la vez que añade que “pedimos a Tráfico que reubicara los sitios porque no paramos de ver imágenes y de recibir muchas quejas”, comenta el secretario de la asociación vecinal del barrio, Aníbal Rodríguez. La hora punta de esta maniobra es al mediodía, coincidiendo con la salida de los más pequeños de la guardería. “El problema no son las madres y padres que van a recoger a sus hijos y dejan el coche unos minutos en doble fila, sino de coches que aprovechan esta situación para aparcar durante más de una hora o dos horas, incluso en zona amarilla, desentendiéndose de su vehículo”, reconoce el secretario vecinal.
“La doble fila es uno de los principales problemas que sufrimos en las ciudades grandes y pequeñas. Es una práctica que se ve como normal y habitual para muchos”, concluye Rodríguez.