Abril hizo honor a su fama de mes más cruel cuando la borrasca “Lola” descargó una gran cantidad de lluvia y rayos sobre el área metropolitana, provocando un apagón en Oleiros que duró varias horas, el día después de que el fuerte aguacero provocara casi treinta incidencias solo en A Coruña. Este fenómeno meteorológico acaba con lo que era una racha de escasas precipitaciones de una primavera que estaba siendo muy seca, según la Agencia Española de Meteorología (Aemet).
Pero no fue el aparato eléctrico de la tormenta sino una avería en el tendido subterráneo lo que provocó la avería que dejó sin luz desde las nueve y veinte de la mañana a más de mil usuarios en la zona de Perillo, en Oleiros. Según Naturgy, se tardó cerca de tres cuartos de horas en repararlo. En A Coruña, el único incidente registrado fue la caída de un cable en la avenida de A Pasaxe, en una vivienda unifamiliar se hallaba deshabitada. Se había producido un fallo eléctrico en la entrada a la caja de acometida de la vivienda desprendiéndose el cable trenzado de distribución eléctrica.
28 incidencias
se registraron en A Coruña el sábado a raíz del chaparrón que cayó a las tres de la tarde, la mayoría relacionadas con tapas de pluviales
El cable había quedado tendido sobre un árbol de la parcela, pero no había producido ningún incendio ni cortocircuitos. Fue por eso que no se necesitó la actuación de los bomberos, que se limitaron a evacuar la situación antes de volver a su base en el polígono de A Grela. Aunque cayó abundante lluvia, ayer no se concentró en unos pocos minutos, como había ocurrido el sábado, cuando se habían provocado casi incidencias, lo que había impedido que se produjeran inundaciones, ni en A Coruña ni en los municipios del área.
Déficit de precipitaciones
El portavoz de Aemet en Galicia, Francisco Infante, señaló que la tormenta de ayer se trata de algo muy habitual en esta época de año, aunque reconoció que actualmente “estábamos teniendo un déficit de precipitación importante”. Infante matizó que este tiempo seco tampoco resulta preocupante, porque el invierno fue bastante lluvioso. En todo caso, señaló que abril suele recibir más precipitaciones, “aunque en Galicia no tantas como diciembre o enero pero se está moviendo”, por el cambio climático.
Infante aclaró que “Lola” procede del Atlántico y se formó en mitad de este océano, “se trata de una borrasca típica que se forman a menudo en estas latitudes”. Lo normal es que acabe formando un frente de bajas presiones que se traduzca en vientos y lluvias, pero en esta ocasión, “Lola”, recibió un pequeño aporte de aire cálido de origen subtropical. “Eso aporta humedad y calor, y que se provoque una inestabilidad atmosférica que da lugar a la tormenta”, añadió el meteorólogo.
36,8 litros
por metro cuadrado de agua acumulada llegó a recoger el pluviómetro de la Torre de Hércules, una cantidad muy significativa
Infante reconoce que es difícil calcular cuántos relámpagos han caído en el área coruñesa, pero son una gran parte de los 1.500 que se calculan en toda Galicia. Por lo demás, el pluviómetro de la Torre de Hércules recogió 36,8 litros por metro cuadrado de lluvia acumulada, lo que el propio meteorólogo reconoce que es una importante cantidad de agua, aunque hay que recordar que el sábado, en el lapso de media hora, había caído 22, lo que había dado lugar a las inundaciones.
“El peligro de esta clase de tormentas es que son muy intensas, que caiga mucho en muy poco tiempo, no da tiempo a los sistemas de evacuación de pluviales a evacuar todas el agua”, reconoció.
Pronóstico
Por lo demás, la inestabilidad atmosférica continuará tanto hoy como mañana, acompañada de una ligera bajada de las temperaturas, dado que el viento de componente sur rolará hacia el este y el norte, lo que traerá el frío. Desde Aemet matizan que no hay que esperar tormentas como las de este fin de semana, dado que “Lola” se desplazará hacia el interior.
La inestabilidad se mantendrá, pero en el sur, mientras que la zona norte registrará más claros que nubes y quizá suba el mercurio mañana. Más allá, los meteorólogos no pueden garantizar nada, excepto un tiempo variable y cambiante, primaveral, a ratos nublados y a ratos soleado.