El Gobierno de Turquía ha reivindicado su voluntad de proseguir el proceso de adhesión a la Unión Europea, una meta "estratégica" que confía en terminar alcanzando pese a los informes críticos que se suceden desde el bloque comunitario, el último de ellos expuesto el lunes ante la Eurocámara.

"La pertenencia a la UE es un objetivo estratégico de Turquía y será beneficiario para toda Europa y más allá. Turquía seguirá de forma decidida sus trabajos en línea con este objetivo", ha expuesto el Ministerio de Exteriores turco en un comunicado publicado a última hora del miércoles.

Ankara cree que, si esta adhesión permanece paralizada, "no es por falta de voluntad" turca ni por incumplimientos objetivos, sino porque "algunos círculos" europeos habrían torpedeado el proceso "con fines políticos".

"Como país candidato", Turquía reclama al Parlamento Europeo que trabaje de forma "constructiva" y contribuya a la integración, "en lugar de ser una plataforma para acusaciones infundadas". Responde así a un informe que considera "sesgado" y que incluiría "acusaciones falsas" en materia de salud democrática o Derechos Humanos.

El Gobierno turco también ha recordado a la Unión Europea que debe cumplir los compromisos recogidos en el acuerdo migratorio de 2016, según el cual Ankara accedió a controlar el flujo de migrantes y refugiados a cambio de concesiones políticas y económicas.

El Parlamento Europeo denunció el martes la "tendencia autoritaria" del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y reclamó a la Unión Europea que cualquier oferta a Turquía esté sujeta a una fuerte condicionalidad democrática, en un informe que cubre los dos años más críticos de las complicadas relaciones entre las dos partes.

El origen de las asperezas está en las exploraciones gasísticas turcas en aguas en disputa con Grecia y Chipre en el Mediterráneo oriental, una confrontación a la que han seguido sucesivos rifirrafes por la influencia turca en Libia, el apoyo de Erdogan a dividir Chipre o el hostigamiento a la disidencia interna, aparte del abandono de compromisos internacionales como la Convención de Estambul sobre violencia de género.