Uno de los principales problemas de convivencia en la ciudad los genera el ocio nocturno, y uno de los aspectos más importantes es el que respecta a los horarios de cierre de los locales de copas. Desde hace más de un año, la Policía Local está ejerciendo una fuerte presión para que se cumplan las ordenanzas municipales y, como resultado, las autoridades calculan que se ha conseguido reducir el número de infracciones en un 15%. Sin embargo, en los últimos meses se ha estabilizado en una media de seis al mes.
La mayor parte de las denuncias son dobles. Es decir, que se multa a un mismo local por infringir la ordenanza medioambiental que regula la emisión de ruidos y de la licencia de apertura. Dependiendo de las circunstancias, las multas pueden oscilar de 60 euros hasta 3.000, dependiendo del nivel de decibelios emitido. En cuanto al cierre, se ha vigilado especialmente que los locales cumplan con los horarios estipulados en su licencia de apertura, como fue el caso de uno de la calle de Durán Loriga que había empezado a funcionar como after y que fue vigilado estrechamente. Otros casos, como el de un local que se descubrió el jueves pasado funcionando sin licencia de apertura en la calle de Rafael Bárez, en Oza, son más raros.
La Policía Local mantiene que el nivel de incidencias ha bajado debido a la presión directa que ha ejercido sobre los hosteleros, y no a otras causas como el descenso en al clientela. \“Pero es difícil seguir bajando más allá de cierto punto\”, reconocen las fuentes consultadas. A pesar de las inspecciones de los agentes municipales, algunas zonas siguen siendo conflictivas, sobre todo la Ciudad Vieja, donde los after-hours se resisten a cumplir las horas de cierre estipuladas. Otras han mejorado, como la calle Juan Canalejo desde el cierre hace un mes de uno de sus locales más populares.
La mayor parte de las denuncias que impone el 092 corresponden a after-hours de
la Ciudad Vieja
con 30 agentes
Para conseguir estos resultados, la Policía Local ha tenido que reforzar de forma significativa su presencia en horario nocturno, tanto con patrullas en coche a pie, uniformadas y de paisano. La cifra oscila según la noche, pero suele rondar siempre los 30 agentes de servicio.
\“Claro que a la gente que tiene un local haciendo ruido a las cuatro de la madrugada le da igual, lo único que quiere es irse a dormir, pero creemos que en general se dan cuenta de que la situación ha mejorado\”, señalaron fuentes municipales.