Las diligencias que desarrolla el juzgado de instrucción 1 para esclarecer el asalto del que fue víctima en noviembre del año pasado un tratante de joyas de Montrove, Oleiros, a manos de dos encapuchados que le robaron un maletín con 300.000 euros en mercancía a punta de pistola resultaron ayer fructíferas. Tres de las ocho personas que participaron en la rueda de reconocimiento a la que fueron sometidos los dos detenidos lograron relacionarlos con los dos golpes por los que están imputados y recluidos de forma provisional en prisión.

Porque, además del robo en el garaje de la urbanización Montrove del 15 de noviembre, a los dos imputados –dos hombres de nacionalidad mexicana y colombiana que se encontraban en España de manera irregular– se les culpa de otro asalto, perpetrado cuatro días antes en otro garaje, este de la Sagrada Familia. En aquella ocasión, los delincuentes desvalijaron un vehículo estacionado, propiedad de otro tratante de joyas al que venían siguiendo desde Lugo, si bien solo pudieron llevarse sus efectos personales, puesto que se había llevado consigo el maletín de la mercancía.

Las dos víctimas se contaban ayer entre los testigos que participaron en la diligencia de reconocimiento, aunque ninguno de los dos hombres pudo confirmar si los dos imputados son los autores de los robos; uno, porque nunca llegó a cruzarse con los ladrones, y el otro, porque, como explicó, los hombres que lo esperaban en su garaje y lo encañonaron para llevarse su vehículo con las joyas iban embozados.

\“Vigilante\” > Distinto es el caso de dos residentes en la urbanización de Oleiros que la tarde del robo vieron a tres hombres en un vehículo que les resultaron sospechosos y que ayer identificaron a uno de los encausados como uno de los individuos, aquel que mantenía una actitud que entonces les pareció \“vigilante\”.

Según destapó la investigación desarrollada por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, en colaboración con la Guardia Civil, los asaltantes –tres, según todos los indicios, si bien solo dos han sido localizados– utilizaron para aquel golpe un coche que había sido alquilado en el aeropuerto de Alvedro, el mismo que en aquellos días sufrió un pequeño accidente en el que se vieron implicados otros dos turismos.

Llamado a comparecer ayer en los juzgados en calidad de testigo, uno de los conductores implicados en aquel incidente de tráfico señaló al segundo de los imputados como la persona que conducía el coche alquilado y que firmó con él un parte amistoso.

El vehículo, así como el uso de las tarjetas bancarias con las que se realizó el contrato de alquiler, fue el hilo del que tiraron los investigadores para dar con la identidad de los sospechosos, a los que seguían desde hacía semanas y de los que sospechaban que podían haber cometido otros delitos similares en Lugo y Madrid.

En el falso techo > Una vez localizados, el juzgado autorizó la entrada y registro del domicilio en el que estaba instalado uno de ellos, una habitación de un hostal en Madrid. Allí, en el falso techo, la Policía localizó tres anillos, que forman parte del muestrario que le fue robado al comerciante de Montrove, además de material especializado usado para traspasar medidas de seguridad, como inhibidores de frecuencia de telefonía móvil, GPS, localizadores y otros aparatos electrónicos de alta gama, aptos para seguir a las víctimas y localizar sus domicilios. El hallazgo corroboró la tesis que ya barajaban los equipos de investigación, que buscaban a una banda especializada, que incluso podría estar organizada en células independientes y operar en distintos puntos del territorio estatal.

Tales indicios, unidos a los reconocimientos obtenidos en rueda, llevaron a la jueza que instruye la causa desde A Coruña a ratificar ayer la prisión provisional para los imputados, que lo están por un delito continuado de robo en casa habitada.